Profesora Gloria Jiménez-Moya abordó la desigualdad de género y el sexismo en Chile en la Semana de Facultad Sociales UC

En la instancia, la académica destacó los avances en materia de igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, pero habló de la existencia de un sexismo “ambivalente” o “benévolo” que, estando muy arraigado en la sociedad y siendo difícil de identificar por ser aparentemente inofensivo, sigue propiciando conductas discriminatorias.

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Desigualdad de género y sexismo en la sociedad chilena. Esos fueron los tópicos que la académica de la EPUC, Gloria Jiménez-Moya, abordó en la charla que presentó en el ciclo “Ciencias Sociales para Todos”, enmarcado en la IV Semana de Facultad Sociales UC, celebrada entre el 12 y 14 de agosto.

En su presentación, la investigadora recalcó que, si bien en los últimos años se ha avanzado en la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, todavía queda trabajo por hacer. Según planteó, algo que podría estar sucediendo, es que, al darnos cuenta de los avances en la materia, el interés de la población por continuar en la misma senda puede disminuir, pues se percibe que se han alcanzado muchos logros.

“Nuestra literatura muestra que cuando creemos que ya hemos conseguido ciertos cambios sociales, cuando percibimos que hemos sido eficaces en cambiar la sociedad, las ganas de seguir participando, cambiando las cosas, pueden disminuir. Entonces, el pensar que las cosas han cambiado puede contribuir a que nos relajemos en ese sentido. Esto es un aspecto preocupante”, sostuvo.

En ese contexto, dio cuenta de su participación en un estudio donde se consultó a un grupo representativo de la sociedad chilena por sus percepciones en torno a los roles de hombres y mujeres en la comunidad, evidenciando distintos niveles de sexismo que siguen presentes.

“El sexismo, una palabra que repetimos tanto hoy en día, básicamente tiene que ver con la creencia de que las personas deben tener distintos roles en la sociedad en función de su sexo. Medimos esta creencia para ver qué es lo que la gente piensa sobre esto hoy en día”, explicó la también investigadora asociada del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).

Más adelante, relató que durante el estudio se detectaron distintos tipos de sexismos, desde los más explícitos y hostiles hasta otros más sutiles, paternalistas o difíciles de captar, denominado “sexismo benévolo”. “Éste tiene que ver con tener una percepción de la mujer diferente a la del hombre, pero no negativa. Por eso es engañoso”, planteó.

Según dijo, quienes ejercen el sexismo de esta forma no tienen necesariamente una actitud despectiva hacia la mujer, pero sí consideran que hay diferencias entre hombres y mujeres, y le atribuyen determinadas características a cada grupo. “Es un sexismo traicionero que se enmascara en una suerte de paternalismo caballero. Y eso lo tenemos tan enraizado e interiorizado, que esa creencia de que ya hemos avanzado mucho puede ser peligrosa”, enfatizó.

Ante esto, afirmó la psicóloga de la Universidad de Granada, es necesario “hacer un trabajo interno para desautomatizar estas creencias”. “Cuando nos encontremos con esta idea o cuando alguien nos diga que hemos avanzado mucho, seamos conscientes de que implica, por una parte, que podemos dejar de levantar la voz cuando algo nos parezca injusto en términos de desigualdad de género, y por otra, además, no es tan cierto como parece”, insistió.

“Éste es un ejemplo de un estudio que se hizo aquí hace un par de años, pero hay mucha literatura que muestra cómo ciertas ideas siguen arraigadas, estereotipadas, quizás no de forma tan explícita. Este sexismo sigue ocurriendo, se presenta a través de nuevas formas, en nuevos contextos, enmascarado. Hay que abrazar el avance y el cambio, pero no tenemos que dejar de estar alertas, porque si queremos construir sociedades igualitarias, tenemos que seguir intentando detectar el sexismo que pasa desapercibido”, sentenció.

Texto: Nicolás Pérez Lozano, Comunicaciones Psicología UC

Fecha: 22/08/2024