Tras el estallido social del 18 de octubre de 2019, más de 400 monumentos públicos fueron intervenidos a lo largo del país, cifra que corresponde al 64% del total de monumentos que existen en chile de acuerdo a un catastro del Consejo de Monumentos Nacionales. Un tema que abordó “Movimiento monumental. Negociación, creación y disputas por la memoria colectiva en el espacio público constituyente”, proyecto Fondecyt de PostDoctorado de la profesora Manuela Badilla, que recientemente presentó sus resultados.
A partir del estallido social, los monumentos públicos se transformaron en catalizadores de demandas, conflictos territoriales y en símbolos de poder para manifestantes, autoridades y activistas de memoria de diferentes espectros políticos. Un fenómeno que fue abordado por el proyecto Fondecyt de PostDoctorado “Movimiento monumental. Negociación, creación y disputas por la memoria colectiva en el espacio público constituyente” (3210074) de la profesora de la Escuela de Psicología UC, e investigadora VioDemos, Manuela Badilla.
Un trabajo que buscó comprender la intervención monumental en tres ciudades de Chile; Valparaíso, Temuco y Punta Arenas; cuyos resultados fueron presentados recientemente en el “Seminario Movimiento (des)monumental: Registros, proyecciones y desafíos”. La jornada, desarrollada en el Auditorio de la Facultad, también fue una oportunidad para reflexionar sobre la oleada de intervenciones a monumentos públicos y sus efectos en la memoria colectiva del país, en la que participaron otros/as investigadores/as y artistas.
Al comenzar su intervención, la investigadora señaló que en los monumentos toma lugar una “memoria espacializada” que representa el poder, porque no cualquier persona puede levantar un monumento ni elegir a quien homenajear. Además explicó que los monumentos, si bien rescatan el pasado, miran al futuro, porque buscan fijar un recuerdo para quienes vienen. Asimismo, son objetos en disputa «generan distintas interpretaciones, hay quienes les rinden honores o simpatizan con ellos, hay otros que los cuestionan y/o rechazan».
En el caso de su proyecto postdoctoral, Manuela Badilla contempló entrevistas a manifestantes, entrevistas a expertos y funcionarios públicos, y el análisis de documentos oficiales y monitoreo de prensa. Al analizar qué monumentos fueron intervenidos, llama la atención que fue un fenómeno que ocurrió en todo Chile, mayoritariamente sobre figuras masculinas de la conquista/colonia y de la independencia. «También se detectaron intervenciones en los monumentos vinculados a las víctimas de la dictadura, como una contramanifestación a la revuelta. Los discursos acerca de la intervención de monumentos también se vinculan con la denuncia de la violencia contra la mujer y su invisibilización en la memoria».
Sobre cómo se los interviene, la académica señaló que en algunos casos hay destrucción total o parcial, mientras que en otros hay intervenciones con adornos, accesorios, pinturas y/o rayados. «Hay conciencia entre las personas de que la intervención de monumentos se da de manera transnacional y dan cuenta de un conflicto con la memoria que se da en diferentes países».
Durante la jornada, la investigadora también abordó algunas particularidades en cada una de las ciudades. «En Valparaíso, al ser una ciudad patrimonial, se detecta un conflicto entre el abandono de la ciudad y un ‘pasado de esplendor’ (conscientes del carácter patrimonial de la ciudad). En Temuco, la visión de los monumentos retrotrae a la ‘ocupación’ del territorio Mapuche por colonos y el Estado. Y en Punta Arenas los monumentos se leen como representantes de la colonización, de la industria ovejera y de las matanzas a los pueblos originarios».
En ese sentido, los discursos respecto al proceso de intervención monumental son variados, pero se pueden sintetizar en tres líneas: quienes aspiran a derribar todo símbolo de poder; quienes ven el proceso de intervención como un intento por modificar el balance de poder respecto a la memoria; y quienes muestran sorpresa y ambivalencia. Que se da más bien en los profesionales del Estado, que pueden simpatizar con los discursos más disruptivos respecto a la memoria, pero deben cuidar la ley y proteger los monumentos. «Las reflexiones finales del proyecto sugieren que los monumentos canalizan acciones colectivas en períodos de movimiento social; que son una “herramienta epistemológica” que permite conocer/reconocer/cuestionar la memoria. Las intervenciones monumentales son un llamado urgente a la valoración del patrimonio subalterno, a dar cuenta y/o valorar las expresiones, personas, procesos que no están en la memoria. Por último, esta oleada de intervenciones nos muestra la irrupción de un activismo en función de la memoria que rescata hitos o períodos de la historia y los proyecta a futuro».
Finalmente la académica señaló que espera continuar la investigación vinculada a esta temática, a través de Monumenta (mnmnt.cl), portal que reunirá investigaciones, reflexiones y creaciones culturales vinculadas a la temática; y que albergará GeoMonumenta, una plataforma abierta, colaborativa y gratuita para georeferenciar los monumentos que han sido intervenidos.
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Texto: Johanna Ortíz, VioDemos
Fotos: Andrea Fuentes, Psicología UC
Fecha: 25-03-2024