Incidencia de alto impacto: Ricardo Rosas participa en seminario de CEPAL y la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología
En la actividad, cuyo tema central fue “El desarrollo humano en América Latina y el Caribe: Contribuciones desde la psicología del desarrollo”, el director general de CEDETi UC y el panel de expertos invitados expusieron diagnósticos actuales sobre la materia y análisis de tendencias, con el fin de avanzar hacia una comprensión más profunda e integral del desarrollo humano en la región.

Entendiendo que los desafíos del desarrollo humano exigen una comprensión más profunda de los diagnósticos existentes, la comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología (ULAPSI) impulsaron un espacio para compartir experiencias recientes de medición y análisis de tendencias en la región.
Se trata del Seminario “El desarrollo humano en América Latina y el Caribe: Contribuciones desde la psicología del desarrollo”, que tuvo al profesor de Psicología UC, Ricardo Rosas, como uno de los expertos invitados.
La Instancia, que promovió un diálogo interdisciplinario sobre el desarrollo humano en América Latina y el Caribe, con un enfoque especial en las contribuciones de la psicología del desarrollo, permitió analizar los desafíos de cara al futuro, además de vislumbrar posibles caminos que permitan enfrentarlos.
Durante la jornada, que contó con palabras de apertura del Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL, Javier Medina, y de la Secretaria General de la ULAPSI, Carolina Moll, se realizó el panel “El desarrollo humano en América Latina y el Caribe”. Bloque durante el cual el director general de CEDETi UC presentó la exposición “Inteligencia y nivel socioeconómico en Chile”.
Durante su intervención, el profesor de la EPUC abordó como la inteligencia no puede ser analizada como una variable independiente y basada solo en la estructura genética. “Existe mucha evidencia que avala esto. Sobre cómo la inteligencia, calidad y tipo de educación recibida tiene una incidencia muy fuerte sobre el capital cognitivo que obtienen nuestros ciudadanos”, afirmó.
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“Inteligencia y nivel socioeconómico en Chile”
Para dar cuenta del panorama que se vive en Chile, el destacado investigador realizó una “actualización de resultados” del libro que escribió junto a Catalina Santa Cruz, “Dime en qué colegio estudiaste y te diré qué CI tienes”. Publicación que, pese a los 10 años que han transcurrido, lamentablemente sigue siendo muy contingente; ya que los resultados siguen prácticamente idénticos.
Antes de entrar en el detalle, el profesor partió señalando que es importante entender que al hablar de inteligencia nos referimos a la capacidad de hacer distinciones significativas y operar eficientemente con el conocimiento que se tiene. “Si yo veo un león a 20 metros en la sabana africana, no solo distingo que es un león, tengo que salir arrancando. Es decir, no me basta con distinguirlo conceptualmente, necesito hacer algo con ese conocimiento”. ¿Y de qué depende eso? De acuerdo al especialista, básicamente de dos cosas: la educación recibida y la motivación por aprender. Y, lamentablemente en el caso latinoamericano, pero particularmente en el chileno, la inteligencia depende del tipo de educación a la que se asiste; ya que no es lo mismo ir a un colegio público que a uno privado.

En la región , a diferencia de lo que ocurre en los países desarrollados, la escuela a la que se asiste es muy homogénea. No existe una rica interacción de distintos orígenes socioeconómicos, lo cual tiene efectos bien dramáticos en el caso chileno.
Para graficar esto, el destacado investigador explicó, por ejemplo, que el 70% de los estudiantes de la educación municipal provienen de los quintiles 1 y 2 de ingreso, el 27% de los quintiles 3 y 4, y solo el 3,2% del quintil 5, que es el más rico. Por el contrario, en el caso del sector privado, más del 70% pertenece al quintil 5, el 17% al quintil 3 y 4, y solo el 7% al quintil 1 y 2. Y estos últimos, generalmente, son estudiantes con menos recursos becados en colegios religiosos de prestigio.
Esta composición explica las brechas en habilidades cognitivas que podemos observar en Chile, lo cual queda en evidencia al analizar algunos test de inteligencia o desarrollo según la edad. Así lo reveló al mostrar los resultados del Test de Aprendizaje y Desarrollo Infantil (TADI), desarrollado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile y el Centro de Estudios de Desarrollo y Estimulación Psicosocial (CEDEP); el WISC V o Escala de Inteligencia de Wechsler; y el WAIS IV o Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos.
Lo que se ve es que, al evaluar inteligencia, a medida que avanza la edad, las brechas aumentan radicalmente entre la educación municipal y el sector particular. El promedio, en el primer tercio, de 0 a 6 años, es de 0,4 defecciones estándar; en el segundo tercio, de los 6 a los 16 años, aumenta a 1 defección estándar; y en el tercero, entre los 17 y los 90 años, la brecha llega a 1,7 defecciones estándar.
“La diferencia es una brutalidad y muestra que en Chile el nivel socioeconómico determina, no solo el tipo de educación al que se accede, también a qué sector socioeconómico se termina perteneciendo. Esto porque los resultados educativos se ven reflejados en el acceso a las mejores universidades y, por lo tanto, a posiciones de mayor poderío económico en el país. Y es importante destacar que la brecha que hay al inicio, en los primeros meses del desarrollo, es prácticamente inexistente. Es solo un 0,2 defecciones estándar, que es la misma que existe en todos los países del mundo de los que se tienen datos al momento de nacer (…) Pero ¿qué hacen los países desarrollados? Mantienen esa brecha a raya a lo largo de la vida con sistemas educativos y de salud de alta calidad para todos y todas. Sin embargo, en Chile hemos optado por un modelo de desarrollo distinto. Con un sector particular pagado al cual solo acceden quienes pueden pagar”, señaló el académico, quien también mostró gráficos de lo que sucedía con la PAES, con la PSU y con la Prueba PISA.
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Un modelo que perpetúa la desigualdad

A partir de esta información, Rosas cuestionó la idea de que la inteligencia sea la causa del éxito educativo y con ello el económico, señalando que el sistema actual en Chile perpetúa la desigualdad. “Porque cuando hablamos de inteligencia estamos hablando de una variable dependiente, no independiente. En Chile, los estudiantes que acceden al sector particular pagado no acceden a él porque sean más inteligentes, acceden a él porque tienen más dinero”.
Una estructura que parece estar naturalizada y que se seguirá perpetuando si no hay incentivos para que cambie. “La elite chilena está compuesta, prácticamente en su totalidad, por personas que egresan del sector particular pagado. Eso hace más difícil cuestionar el sistema y que se entienda que las relaciones entre nivel socioeconómico, inteligencia y educación no son triviales. Lo que hacemos es prácticamente anquilosar un sistema en el cual las estructuras de nivel socioeconómico son prácticamente impermeables, porque se autoperpetúan”, dijo el docente, destacando algunas excepciones notables en este escenario adverso, como la Fundación Astoreca y SIP. Entidades que han demostrado que sí es posible ofrecer educación de altísima calidad a estudiantes de escasos recursos.
El desafío es replicar estos modelos en el sistema público, donde se requeriría, no sólo una inversión significativa de recursos, también de un cambio profundo de mentalidad. Un cambio complejo, pero que, de acuerdo al docente, es muy necesario si se quiere construir un sistema más justo, inclusivo y transformador. “Cuando tú educas personas con alta calidad a sectores de escasísimos recursos, ¿qué se genera como resultado? Personas con una excelente preparación, con una inteligencia muy bien desarrollada, que sí acceden a las universidades de prestigio”, afirmó.
Fotos: CEPAL