Profesora Regina Funk junto al Arzobispado de Santiago y la Vicaría de la Pastoral Social Cáritas crean libros para fortalecer la resiliencia y el buen trato en la infancia
El material, desarrollado en el marco de un proyecto que investigó la cultura del buen trato, será distribuido en comunidades, colegios y organizaciones sociales.
Contribuir al desarrollo de comunidades más sanas, respetuosas y bientratantes. Ése es el propósito del proyecto “Evaluación participativa de dispositivos implementados en Chile para la promoción de una cultura de buen trato en el contexto de la lucha por un continente sin violencia”, investigación desarrollada por la académica de Psicología UC, Regina Funk, junto a la Vicaría de la Pastoral Social Cáritas y la Delegación para la Verdad y la Paz del Arzobispado de Santiago.

La iniciativa fue expuesta en el conversatorio “Seamos protagonistas del buen trato en una cultura del cuidado”, donde la investigadora abordó los principales resultados del trabajo y presentó cuatro libros desarrollados en el marco del proyecto, material didáctico destinado a fortalecer la resiliencia y el buen trato en la infancia que será distribuido en comunidades, colegios y organizacionales sociales.
“Pero hicimos mucho más que eso”, aseguró la profesora en su presentación. Según contó, en la investigación “se evaluó y midió la percepción de niños, niñas y jóvenes en torno a las acciones del buen trato y la resiliencia, y se identificaron sus factores facilitadores y obstaculizadores”. Además, se elaboraron manuales de buen trato para jóvenes y formadores pastorales, además de materiales de apoyo y un marco conceptual sólido.
El proceso contempló encuestas, observación y registro de 21 talleres sobre resiliencia en terreno, además de la formación de jóvenes multiplicadores en dos ciclos de capacitación, entre otras acciones. “La participación activa de las comunidades fue clave, ya que permitió coconstruir los instrumentos y convertir a los propios participantes en colaboradores del proceso”, afirmó la académica.
En ese contexto, se evidenció que quienes participaron en los talleres reportaron un mayor aprendizaje vinculado a la resiliencia, y que las actividades artísticas y recreativas son las que más promueven esta capacidad. Asimismo, se identificó el contacto real, la inclusión y la diversidad como pilares de las comunidades bientratantes.
Una jornada donde quedó de manifiesto la importancia de brindar seguridad, respeto y apoyo durante la infancia, que fue especialmente valorada por los miembros de la comunidad que integraron el proyecto. “Fue muy emotivo presentar los resultados de la investigación y que las comunidades de los talleres con que trabajamos estuvieran agradecidas”, aseguró la académica.