El académico, que se ha dedicado a estudiar la relación entre el funcionamiento del sistema nervioso y los procesos psicológicos del ser humano, recibió la categoría más alta a la que un profesor o profesora de la Universidad Católica puede aspirar. “Contribuir a la formación de profesionales y seres humanos de bien en Chile es un privilegio absoluto. Es una oportunidad de hacer por otros lo que muchos hicieron por mí, en ésta, mi patria por adopción”, señaló.
Como ya es tradición, la Universidad Católica festejó su aniversario número 135 en el Día del Sagrado Corazón. Durante la jornada, que comenzó con la misa celebrada por el arzobispo de Santiago y Gran Canciller de la universidad, Cardenal Celestino Aós, el rector Ignacio Sánchez resaltó el rol fundamental que ha tenido la UC en el desarrollo del país, e hizo un llamado a seguir honrando el sueño de quienes fundaron esta casa de estudios. “Tenemos que seguir cultivando el corazón de los jóvenes, creando nuevo conocimiento para conocer la verdad, siempre orientados a aportar al desarrollo y dignidad de las personas”.
En su cuenta pública, la máxima autoridad universitaria no solo hizo una revisión de los principales logros alcanzados durante el año, sino que también profundizó en aquellos desafíos que se deben enfrentar. Y uno de ellos es la responsabilidad de coordinar junto a la Universidad de Chile a las universidades y a los principales institutos técnico-profesionales del país en torno a la participación ciudadana. “Es urgente hacer un análisis de lo que hemos vivido como sociedad para poder reflexionar sobre el futuro de un proceso político que aún tiene la tarea de encauzar los anhelos de cambio y mejoras que vemos muy presentes en el relato ciudadano. Por eso, desde las universidades y en alianza con la sociedad, hacemos la invitación a potenciar el diálogo”.
La ceremonia, que congregó a integrantes de los tres estamentos de la comunidad universitaria, tuvo uno de sus momentos más emotivos en la entrega del Premio Monseñor Carlos Casanueva a la académica de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política, Sol Serrano; el Premio Abdón Cifuentes a la profesora de la Facultad de Medicina, Catterina Ferrecio; y las 17 medallas a los nuevos profesores y profesoras titulares. Entre los que se encuentra el académico de la Escuela de Psicología UC, Vladimir López.
Merecido reconocimiento
Un claro compromiso con la misión de la universidad y sus principios, participar en la formación de personas a través de su labor docente, además de contar con un amplio reconocimiento en su área, contribuyendo de manera significativa y original a través de su investigación y/o creación, son algunas de las razones que llevaron al académico de la EPUC a acceder a la categoría más alta a la que un profesor o profesora de la Universidad Católica puede aspirar.
Un merecido reconocimiento para el investigador que se ha dedicado a estudiar la relación entre el funcionamiento del sistema nervioso y los procesos psicológicos del ser humano, tanto en condiciones normales como patológicas. Quienes conocen a este doctor en Ciencias de la UC, y en Medicina de la Universidad de las Villas de Cuba, destacan su gran capacidad de trabajo y la generosidad que tiene con sus conocimientos. “Es increíble… es capaz de llevar a cabo docencia, investigación, guías de tesis, comisiones, gestión, y todo lo hace con un nivel de excelencia, reflexión y profundidad sorprendente. Como investigador también destaca sus carácter pluridisciplinario. Es capaz de analizar desde muchas perspectivas disciplinarias los fenómenos, lo que enriquece mucho su trabajo. También admiro su compromiso con los demás. La verdad que estoy muy contenta y feliz por él, porque es un reconocimiento totalmente merecido. Vladimir representa todo lo que uno se imagina que debe ser un profesor titular. Alguien comprometido con el desarrollo y el crecimiento de la universidad en todos los niveles. Y no me cabía a mí la menor duda de que Vladimir iba a llegar a esta categoría”, dice la profesora Nerea Aldunate.
Un nombramiento que el nuevo profesor titular recibe con alegría, pero también como un nuevo desafío. “Ser reconocido como profesor titular es, sin duda alguna, un honor que agradezco y atesoraré por siempre. Sin embargo, es también un compromiso enorme con la UC, con los hombres y mujeres que día a día trabajan y estudian en ella, con la ciencia y con Chile. Hace más de 20 años que mi quehacer laboral y científico ha estado alojado en esta prestigiosa casa de estudios. Contribuir a la formación de profesionales y seres humanos de bien en Chile es un privilegio absoluto. Es una oportunidad de hacer por otros lo que muchos hicieron por mí, en esta, mi patria por adopción. Vivimos tiempos de complejos desafíos en la formación profesional y la educación superior. Espero, con el favor de Dios, estar a la altura de la distinción que ésta, mi casa de estudios, me ha otorgado. Y poder contribuir mi pequeño grano de arena a la Pontificia Universidad Católica de Chile y al Chile del futuro».
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Texto: Andrea Fuentes U.
Fecha: 17-06-2023