
En el encuentro se presentó una nueva versión de “Prácticas esenciales para el aula, sala cuna a 4° medio”; documento que reúne 19 acciones pedagógicas que, según la evidencia acumulada, favorecen el desarrollo del lenguaje, la escritura y la comunicación oral a lo largo de toda la trayectoria educativa al ser utilizadas sistemáticamente. Prácticas esenciales que se dividen en cuatro dimensiones abordadas por distintos expositores, y expositoras entre los que se encuentra la académica de Psicología UC y experta en el desarrollo del lenguaje y comprensión lectora, Katherine Strasser.
“Este encuentro aborda una causa esencial: garantizar el derecho de todas las y los estudiantes a aprender a leer, escribir y comunicarse oralmente. Sabemos que la educación es la herramienta más poderosa para transformar vidas y para que cada niña, niño y adolescente pueda desarrollar al máximo su potencial y ser parte de la construcción de una sociedad más justa y humana”, señaló la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, al inaugurar el Segundo Seminario Lectura, Escritura y Comunicación oral para Aprender, organizado por el Ministerio de Educación.
En la instancia, desarrollada en el Centro Cultural La Moneda el 12 y 13 de diciembre, se dio a conocer una nueva versión del documento “Prácticas esenciales para el aula, Sala Cuna a 4° medio”. Texto que aborda 19 acciones pedagógicas que favorecen el desarrollo del lenguaje, la escritura y la comunicación oral a lo largo de toda la trayectoria educativa al utilizarlas de manera sistemática.
Prácticas esenciales que se pueden dividir en cuatro dimensiones: Motivar y comprometer con la lectura, la escritura y la oralidad; Promover el desarrollo progresivo del código escrito; Guiar el aprendizaje mediante la lectura, escritura y oralidad; y Enseñar procesos de comprensión y producción de textos. Éstas, a su vez, se agrupan en acciones pedagógicas específicas que se ordenan por nivel y que permiten desarrollar las habilidades del lenguaje para potenciar los aprendizajes de distintas áreas curriculares. “El valor de este documento radica en proporcionar un lenguaje compartido para la reflexión pedagógica para potenciar la enseñanza de educadoras, educadores y docentes”, señaló la psicóloga UC.

Asimismo, el subsecretario ejecutivo del Plan de Reactivación Educativa del Mineduc, Joaquín Walker, resaltó la importancia de los tres ejes de la estrategia LEC, que considera formación, recursos educativos y acompañamiento a 231 establecimientos de todo el país. “Sabemos que esto requiere mucho esfuerzo y que necesitamos seguir complementando con otras iniciativas. Pero también sabemos que contamos, no solo con las acciones propias del Ministerio de Educación. Hay acciones que se están impulsando desde otras áreas, entre las que se encuentra el trabajo colaborativo desde la academia y las organizaciones de la sociedad civil. Esto no es solo una causa del Gobierno o una causa del Estado; es una causa país para que todos los niños y niñas puedan leer comprensivamente en la edad adecuada y puedan disfrutar y gozar con la lectura y la escritura. Que puedan comunicarse plenamente”.
Por su parte, la subsecretaria de Educación Parvularia, Claudia Lagos, señaló que cuando se habla de la estrategia LEC para aprender se hace desde el marco de lo que ha sido el proceso de reactivación educativa. Estrategia que en su segundo eje está orientada al fortalecimiento de los aprendizajes de los niños y niñas. “Y la relevancia, entonces, de esta estrategia, es cómo, en la base de todos los aprendizajes a los que los niños puedan acceder, está la comunicación. Sabemos que efectivamente la herramienta que va a posibilitar la adquisición del conocimiento en todas las dimensiones del aprendizaje es la comunicación, el lenguaje. Por eso para nosotros ha sido importante pensar la estrategia desde los primeros años y ver cómo se visualiza en la sala cuna y en el jardín infantil”.
Enseñar palabras en forma explícita

El seminario, que no solo fue una instancia de formación, también una oportunidad para construir comunidad en torno al objetivo de fortalecer la calidad y la equidad de la educación a nivel nacional, participaron profesores, profesoras, profesionales del mundo de la educación, además de investigadores e investigadoras. Entre ellas, la profesora de la Escuela de Psicología UC, e investigadora del Núcleo Milenio MEMAT, Katherine Strasser.
La experta en el desarrollo del lenguaje y la comprensión lectora, que ha elaborado un importante trabajo en investigar cómo el desarrollo de las habilidades de lectura, escritura y oralidad pueden ser potenciadas desde los primeros años, contribuyendo a aprendizajes significativos en distintas áreas del conocimiento, fue invitada a participar del panel “Leer, escribir y comunicarse para aprender: Una estrategia que nace de las palabras”.
En el espacio, dedicado a reflexionar en torno a dos factores claves para el aprendizaje, la interacción en el aula mediante el diálogo y el poder del vocabulario en los procesos de aprendizaje, la profesora de la EPUC destacó la importancia que tiene el vocabulario en este proceso. “Lo que yo quiero es que comprendan lo que hacen las palabras por nosotros cuando estamos escuchando, leyendo o escribiendo. Y, más importante aún, que entiendan el porqué hay que enseñar palabras en forma explícita, directa, intencional y planificada”.
Si bien el vocabulario y las palabras no son lo mismo que el conocimiento, de acuerdo a la académica están íntimamente ligadas. Lo mismo que la comprensión lectora y el aprendizaje. “La comprensión lectora es necesaria para aprender y el vocabulario es necesario para representar el conocimiento disciplinar. Y aunque el conocimiento es más que las palabras, sin las palabras nuestro conocimiento es limitado. Necesitamos esas palabras para anclar el conocimiento que vamos adquiriendo, para representarlo e interconectarlo. Por eso, la cantidad de palabras que conoce una persona y la profundidad con la que las conoce, es el mejor predictor de comprensión lectora”, afirmó.

¿Y cómo aprender las palabras? La experta señaló que, aunque muchas se aprenden de forma incidental, las personas que ya vienen con más vocabulario y más habilidades del lenguaje experimentan es proceso de aprendizaje incidental de manera mucho más eficiente. “Cuando llegué a la Universidad me demoré 3 años en aprender la palabra paradigma (…) ¿Qué daño me hubiera hecho a mí que el profesor, el primer día de clase, o la primera vez que ocupó la palabra, hubiera hecho una pequeña explicación? ¿Y que después hubiera hecho eso regularmente? No hubiera hecho ningún daño, al contrario, me hubiera ayudado a mí y a todos esos compañeros que, a lo mejor, en otras condiciones, les hubiera sido crítico para su aprendizaje. Entonces, la enseñanza explícita de palabras acelera el crecimiento de vocabulario, especialmente en los estudiantes que ya tienen dificultades en esa área. Por eso, enseñar las palabras de manera explícita y directa es un asunto de equidad”.
Al respecto, la profesora explicó que las palabras académicas transversales y las disciplinares son difíciles de aprender de forma incidental. “La frecuencia es muy importante para el aprendizaje y éstas son poco frecuentes en la vida de los niños y niñas. No las aprenden solos, tienden a ser abstractas y requieren de un conocimiento previo. Por esas tres razones es poco probable que algunos niños, especialmente los que tienen dificultades de lenguaje, ya sea por razones ambientales o individuales, las aprendan sin ayuda”, explicó.

Un aspecto en el que profundizó mostrando un estudio que da cuenta de qué tan relevantes son las palabras disciplinares para la comprensión lectora. “Nosotros tenemos, yo creo, el único estudio en primero básico. Hicimos un barrido del currículum, escogimos 80 palabras y medimos cuánto los niños conocían de ellas. Y éste fue el predictor más importante de que después ellos lograran los objetivos curriculares de las asignaturas. Entonces sí es importante enseñar explícitamente”.
Teniendo eso claro, la académica relevó que las palabras a enseñar tampoco deben ser producto del azar, sino que se deben escoger las palabras críticas que pueden obstaculizar el aprendizaje. “Por ejemplo, la palabra vibración. Si yo sospecho que los niños a lo mejor no la conocen, ahí es cuando los profesores y profesoras tienen que decir ‘ok, voy a hacer una actividad específica para apoyar a los estudiantes con esta palabra’. Eso es clave, al igual que relacionarlo siempre con un objetivo de aprendizaje. Hacer este trabajo en la unidad donde se hablará de ese objetivo. Cuando voy a hablar sobre sonido o sobre audición. Ahí hay que enseñar esta palabra, porque vamos a leer sobre eso o vamos a hacer un experimento. Habrá un contexto rico de significado para que la palabra realmente se internalice. Luego hay que planificar otros momentos en el año o en el semestre donde la palabra vuelva a aparecer. Conectarla con el currículum y con los objetivos de aprendizaje. Las personas siempre aprendemos más y mejor cuando estamos haciendo algo con el material”, finalizó.
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Texto: Andrea Fuentes Uribe, Comunicaciones Psicología UC
Fotos: Mineduc
Fecha: 02-01-2025