A propósito de su participación en el conversatorio titulado “Amistad intergrupal en el contexto escolar chileno-mapuche”, que fue parte del ciclo de Pueblos Indígenas impulsado por el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas, el académico de nuestra Escuela destacó los distintos estudios que demuestran que el contacto intergrupal aumenta la empatía y reduce la ansiedad y los niveles de prejuicio.

El académico de nuestra Escuela e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, Roberto González, encabezó la charla «Amistad intergrupal en el contexto escolar chileno-mapuche» en el ciclo de Pueblos Indígenas organizado por el COES, Base Pública y el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas.

En la actividad, en la que compartió junto al Premio Nacional de Ciencias Sociales, Manuel Antonio Garretón, y la investigadora de Educación 2020, Loreto Jara; el académico dio cuenta de diversos estudios nacionales e internacionales que demuestran que las relaciones intergupales aumentan los niveles de empatía, además de reducir la ansiedad y los prejuicios. “No es la relación de yo como individuo, sino como miembro de un grupo. La gracia no es que uno se hace amigo de las personas que son igual a uno, la gracia es que uno tiene interacciones con grupos de personas que son distintas a uno”.

¿Por qué ocurre esto? De acuerdo al experto, la ansiedad normalmente está asociada a la incertidumbre y al desconocimiento de aquello que no se pude controlar. Entonces, el contacto promovería la empatía entre las personas, porque gracias a la interacción ellas empiezan a sintonizar con las necesidades de los otros. “Por ejemplo, cuando me doy cuenta del drama que vive un amigo inmigrante, que está en un lugar en el que se siente maltratado, aumenta mi sentimiento de empatía y cuidado hacia esa persona. En ese contacto, se reduce el sentimiento de ansiedad y amenaza que podría significar la inmigración”.

En ese sentido, el profesor también resalta la importancia de generar instancias que posibiliten las experiencias de contacto, ya que éstas transfieren una serie de aspectos positivos. “La incertidumbre a los seres humanos generalmente les provoca ansiedad. Sin embargo, en la medida en que se dan más espacios de interacción, también hay más oportunidades de bajar esa ansiedad”. Por eso, crear y promover nuevos espacios de encuentro es una necesidad. “En torno a la música, la comida, el juego. En torno a actividades que se llaman de cooperación. Esos son espacios donde la gente empieza a aprender y a conectarse positivamente con otros. Espacios de encuentro”, explica.

Foto: www.coes.cl