“¿Cómo la evidencia en psicología puede aportar a políticas públicas que disminuyan las diferencias entre niños y niñas, más o menos vulnerables, que sabemos que parten muy temprano en la vida?”. Ésta pregunta ha guiado el trabajo de la profesora Marigen Narea, el cual compartió en la última versión de Psicología Presenta.
Una de sus primeras experiencias frente al desafío de llevar la academia a la política pública fue un proyecto multidisciplinario junto a economistas, sociólogos, epidemiólogos y trabajadores sociales, en conjunto con el Hogar de Cristo. “El objetivo era pilotear un nuevo modelo de las residencias de los niños del Sename. Querían hacer pilotos con un estándar a nivel internacional. Y el primer desafío fue que se optó por hacerlo en residencias para adolescentes, sabiendo que hay evidencia que nos muestra que es mucho más costo efectivo hacerlo con niños más pequeños, ya que es algo que podría impactar en una mejor trayectoria para estos niños”.
A esto se sumo que los tiempos políticos y la tensión existente en el período, producto de diversos escándalos en el sistema de protección, obligó a la toma de medidas de manera rápida. “Eso hizo que nosotros tratáramos de hacer una evaluación de impacto con estas residencias. Los estándares eran increíbles. Cada niño tenía una pieza individual y una serie de cosas que podrían parecer mínimas, pero que eran muy significativas para nuestro sistema. El problema es que antes de tener los resultados, el sistema dijo que esto era impresentable y que era necesario cambiar. Y lo que quisieron hacer fue copiar un poco lo que estaba haciendo el Hogar de Cristo con sistemas de residencias familiares, más pequeñas. No estar con cien niños más, sino que residencias con un adulto responsable y con dinámicas de familia”. De acuerdo a la investigadora, si bien hubo cambios interesantes en la forma de hacer residencia, el impacto no fue suficiente. Algo que nuevamente da cuenta de que muchas veces la academia hace evaluaciones y busca evidencia, pero los tiempos políticos avanzan en ritmos diferentes.
Otra experiencia que quiso compartir fue el trabajo en el cual apoyó a la académica de la Escuela de Trabajo Social UC, Carolina Muñoz, en la validación de un nuevo sistema de adopción. “Esto fue algo totalmente nuevo para mí. Descubrí que en Chile en realidad no había un sistema de adopción. En realidad lo que había eran profesionales certificados, sin ninguna capacitación, que evaluaban si las familias eran idóneas o no. Todo esto sin mucha planificación, sin muchos protocolos. Bueno, el sistema de protección dijo, esto parece no ser sustentable y es necesario hacer cambios”. Fue así que empezaron a capacitar a las personas que trabajaban en el sistema de protección. Trabajaron en la validación de un nuevo modelo el cual implementaron y evaluaron. Y si bien los resultados fueron positivos, no se pudo seguir avanzando, ya que al igual que en la experiencia anterior, no estaban aún los tiempos políticos para desarrollar ese cambio. “Sin embargo, años después, me entero que ese proyecto se sacó del cajón y ahora será implementado en cuatro regiones de Chile. Que, a diferencia de lo que ocurría antes, cuando las personas tenían que pagar cerca de 400 mil pesos para ser evaluadas y validadas, ahora lo podrán hacer de manera gratuita. Entonces, eso es parte de lo que quiero compartir con ustedes. A veces uno hace trabajos, avanza en proyectos, y no sabe cuándo será el tiempo correcto para que se logre el impacto que uno estaba buscando”, dijo Marigen Narea
El trabajo con fundaciones, sobre todo en lo que se relaciona con su evaluación, también fue algo que la investigadora quiso relevar en su exposición. “Lo que hacen las fundaciones es un aporte muy importante y muchas veces no tienen la capacidad para evaluarse. Para saber si lo que están haciendo va por buen camino. Y esto es relevante, porque pueden tener muy buenas ideas, pero para que sus iniciativas puedan escalar, el sistema político lo primero que se les pide son resultados”. Desde ahí que lo que los psicólogos y psicólogas podemos hacer en este ámbito puede ser un gran aporte.
Por último, la académica señaló que muchas veces el punto de partida ha surgido desde la contingencia. Y un ejemplo de ello es el trabajo que se ha desarrollado en relación a las guarderías informales. “Hace algún tiempo atrás salió en la prensa la noticia de un niño colgando del 12° piso de un edificio en Estación Central, lo que generó todo un debate respecto a las guarderías informales. Yo llevo varios años con mi equipo siguiendo familias de Santiago. Pero esto, que ha existido siempre, se transformó en un problema público hoy. Porque salió en las noticias y hay gente que dice que es un problema y que tenemos que hacer algo. Entonces ahí está la oportunidad política para hacerlo. Nosotros, que tenemos evidencia, que hemos estado trabajando, que hemos tratado de ver cómo se ha hecho en otros países, cómo se monitorea, cómo se certifican las guarderías, tenemos la oportunidad de aportar a que se genere un servicio de calidad para nuestros niños”. La experta contó que en relación a esta temática están trabajando junto al Centro de Políticas Públicas de la UC en el diseño de un sistema de certificación para este tipo de guarderías. Un trabajo en el que ya están en diálogo con la Subsecretaría de Educación Parvularia y la Subsecretaría de la Niñez.
Texto y Fotos: Andrea Fuentes, Comunicaciones Psicología UC
Fecha: 30-11-2023