La académica, una de las fundadoras de Qualitas, agencia acreditadora de programas de estudio de educación superior que este año pasó a ser una fundación sin fines de lucro al alero de la Universidad Católica, afirma que es necesario instaurar una cultura de calidad que trascienda y que vaya más allá de lo que evalúan los organismos reguladores. Una mirada que la entidad, de la cual ella es Directora Ejecutiva, ha intentado promover desde sus inicios. Te invitamos a leer sus impresiones en la siguiente entrevista.
Asegurar la calidad en la educación, entendiendo esta como un elemento clave a la hora de dar oportunidades y promover la movilidad social, ha sido el gran desafío que asumió Qualitas desde sus inicios. Pero, de cara al 2022, la Agencia Acreditadora, fundada hace 14 años, comienza una nueva etapa al transformarse en una fundación sin fines de lucro al alero de la Universidad Católica. Una nueva etapa para la entidad que el año 2018, tras la promulgación de la ley 21.091, que generó importantes transformaciones en materia de acreditación, tuvo que cambiar su rol, pasando de acreditar a acompañar a distintas instituciones en la implementación de procesos de aseguramiento de la calidad. Algo que se proyecta al menos hasta el 2025, fecha en la que se podrá habilitar ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) como agencia acreditadora.
“Es por esto que tomamos la decisión de transformarnos en Fundación Qualitas para la Educación. Nos pareció que era el camino natural poder tomar toda la experiencia acumulada por años, con un prestigio reconocido y transformarnos en un ente que pudiese acompañar y contribuir al aseguramiento de la calidad de las instituciones de la educación superior a nivel técnico y profesional”, aseguró el profesor Roberto González, académico de Psicología UC y presidente del directorio, en una reciente entrevista. Ocasión en la que la directora ejecutiva, y también profesora de la Escuela de Psicología, Judith Scharager, agregó que se trata de una decisión que les permite “continuar desarrollando nuestro objetivo de colaborar con el sistema de aseguramiento de la calidad de la educación superior, cualquiera sea el escenario del país”.
El riesgo de instrumentalizar
Pese a que el sistema de aseguramiento de la calidad instaurado desde hace algunos años ha tenido impactos positivos, el incrementar exigencias de información con fines de rendición de cuentas a las instituciones de educación superior también ha significado una transformación de los procesos de autoevaluación reflexivos en procesos más bien automatizados y rutinarios. Un aspecto que, de acuerdo a la profesora Judith Scharager, hay que tener en consideración. Esto porque se han instrumentalizado los procesos de acreditación y muchas veces sus resultados son utilizados como sinónimo de calidad.
¿Cuál es la importancia de crear una cultura de educación superior en nuestro país?
Porque lo que hay es temor a la inspección… La verdadera cultura de calidad es aquella que trasciende y va más allá de lo que evalúan los organismos reguladores. Esa es la mirada con la que queremos contribuir desde Qualitas. Que la calidad sea vista como algo inherente a la institución y no como un tema a considerar solo cuando se está próximo a la evaluación o acreditación. Que sea un compromiso por ir más allá de los estándares externos.
Actualmente, en las instituciones existen equipos, direcciones, departamentos y hasta vicerrectorías de aseguramiento de la calidad. Sin embargo, eso no significa que hay que delegar toda la responsabilidad en ellos. Se tiende a pensar que la calidad es una tarea de esa unidad especializada y no de todos los miembros de la comunidad académica. Entonces es necesario que ese concepto cambie. Que la reflexión sobre la calidad se dé en todos los estamentos de la universidad. Es necesario instalar una cultura de calidad, en la que todos asumamos ese compromiso. No una cultura de la inspección, que es lo que se ve ahora.
Qualitas pasó a ser una fundación sin fines de lucro al alero de la Universidad Católica, ¿qué significa este paso para ustedes?
Qualitas nació como una sociedad anónima, fundada por la Universidad y por el DUOC UC. Existimos desde que salió la primera Ley de Educación Superior, cuando se abrió la oportunidad de que agencias no estatales pudieran participar en los sistemas de acreditación. En estricto rigor, yo diría que más bien es un cambio de nombre. Porque si bien éramos una sociedad anónima, siempre funcionamos como una fundación sin fines de lucro. Esto, de alguna manera, nos permite transparentar lo que siempre habíamos sido. Nos permite recibir donaciones para seguir trabajando, sobre todo en acompañar y contribuir al aseguramiento de la calidad de instituciones de educación superior más carentes, como son las de nivel técnico y profesional.
Creo que el gran desafío a futuro es seguir trabajando y consolidando el reconocimiento que tenemos como organismo dedicado al aseguramiento de la calidad. Mantener el espíritu fundacional con el que fuimos creados. Ese espíritu de colaboración, de ayuda y de apoyo. Crear innovaciones y también aportar, en la medida de lo posible, a las políticas públicas con evidencia y estudios. Apoyar, sobre todo a las instituciones más pequeñas, como los CFT’s e IP’s, a seguir creciendo.
No sabemos cuánto tiempo más durará la pandemia y con ello la educación online. ¿Cuáles son los desafíos para mantener la calidad de la educación superior en este nuevo contexto?
Es difícil, porque en realidad se puede dictar una clase online, pero no se puede sustituir el tipo de interacción que se daba antes. La riqueza de los encuentros casuales, de las conversaciones de pasillo, de las preguntas afuera de la sala… todas esas cosas espontáneas que ayudan a la creatividad. Hay que pensar cómo superar ese obstáculo, porque el contacto humano, que no está mediado por la tecnología, es insustituible.
Las clases, han sobrevivido y lo han hecho bastante bien, a excepción de aquellas áreas más prácticas que han tenido mayores dificultades. Yo confío que esta pandemia no durará para siempre y que encontraremos espacios para arreglarnos. La Universidad no morirá jamás. Ha sobrevivido siglos, e incluso a otras pestes para las que no existían vacunas. Tendremos que ajustarnos, pero sin olvidar nunca la parte humana. Porque no basta con entregar facilidades para el acceso a Internet o prestar dispositivos. Hay necesidades que van más allá de la comunicación online, como compartir con los pares y la comunidad.
Qualitas lleva 14 años aportando al desarrollo de la calidad en el sistema de educación superior, ¿hacia qué concepto de calidad se debería trabajar a futuro?
Hay un montón de definiciones conceptuales. Muchas maneras de definir o entender la calidad. Pero tal vez una de las definiciones que podría ser transversal es que cuando existe calidad se generan acciones transformativas…. Se genera investigación, conocimiento e innovaciones pedagógicas.
La calidad no es una cosa estática. No es un concepto en el cual uno pueda quedarse pegado. Probablemente hace 20 años atrás, a nadie se le hubiera ocurrido que la equidad era una dimensión importante en la calidad. Lo mismo que la equidad de género. Entonces es un concepto que se va transformando. Se puede decir que hay calidad en los insumos, en los procesos, en resultados. Ahí se expresa… pero lo que atraviesa todo eso, es la capacidad transformativa.
Texto: Andrea Fuentes Uribe, periodista Escuela de Psicología UC.
Foto: Karina Fuenzalida, Comunicaciones UC.