En sus presentaciones, los académicos Erika Hoff y Brett Laursen abordaron las diferencias en el desarrollo del lenguaje en niños bi y monolingües, y el impacto de las relaciones de amistad en el crecimiento social y emocional de los adolescentes, respectivamente.
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Los destacados académicos de la Atlantic Florida University, EE.UU., Erika Hoff y Brett Laursen, encabezaron una doble jornada de los tradicionales Coloquios Doctorales EPUC, instancia en la que invitados internacionales comparten con doctorandos y académicos de nuestra Escuela sus más recientes investigaciones, en un enriquecedor ambiente destinado a la reflexión y el intercambio de ideas sobre variados tópicos vinculados a la psicología.
En el primero, denominado “How Bilingual Development Is and Is Not Different from Monolingual Development”, la profesora Hoff abordó distintos aspectos vinculados al desarrollo lingüístico de los hijos de hispanohablantes en Florida, EE.UU., quienes, naturalmente, aprenden a comunicarse tanto en español como en inglés.
En ese contexto, dio cuenta que, pese a que en su día a día los niños se relacionan en ambos idiomas, tienden a ser más fuertes en inglés dada la predominancia que éste tiene fuera del hogar, sobre todo en la escuela. Esto, pese a haber un equilibrio en el uso de ambos idiomas en casa. Según dijo, los niños que utilizan un idioma por sobre otro, naturalmente desarrollan un vocabulario más nutrido en esa lengua.
Erika Hoff, además, explicó que, en el caso de los niños bilingües, el aprendizaje de cada idioma en forma individual puede ser más lento durante los primeros años, puesto que el aprendizaje está siendo compartido por dos sistemas lingüísticos. No obstante, aclaró que esta situación se normaliza y el aprendizaje de ambos idiomas alcanza, más adelante, un punto similar al que tienen los niños monolingües.
Según la académica, hay factores sociales -como la educación de los padres y la calidad de las interacciones lingüísticas- que influyen en el desarrollo bilingüe. En ese sentido, reflexionó sobre la importancia de equilibrar la exposición a ambos idiomas para tener un desarrollo general positivo.
Así, resulta evidente que tanto el input como el output lingüístico son fundamentales para el aprendizaje de un idioma: el primero impacta tanto en el desarrollo del vocabulario expresivo como receptivo, mientras que el segundo es más determinante a la hora de hablar. Según la investigación, en esta etapa los niños tienen más habilidades para entender el idioma que para hablarlo, siendo la memoria fonológica un predictor clave para la adquisición lingüística.
Y si bien es posible que algunos niños logren alcanzar un balance entre el inglés y el español, contar tempranamente con un dominio perfecto y equilibrado en ambos idiomas es poco común. Para la investigadora, el bilingüismo y el monolingüismo son inherentemente diferentes, y cada uno tiene sus fortalezas y limitaciones. Revisa la charla completa aquí.
Adolescencia, amistad y control paternal
Un día después fue el turno de Brett Laursen, quien presentó “What does it mean to be susceptible to peer influence?”, instancia en la que abordó cómo la relación de niños y adolescentes con sus pares impacta en su desarrollo social y emocional.
En ese contexto, el académico analizó el paso de la infancia tardía a la adolescencia, etapa en que las relaciones de amistad se tornan más importantes y la supervisión de los padres se complejiza debido al incremento de los comportamientos problemáticos de los jóvenes, como consumo de sustancias y conductas riesgosas, realidad propiciada por la presión de los pares.
Según dijo, la influencia que ejercen los pares tiene como propósito fomentar la compatibilidad y estabilidad en las relaciones de amistad. Sin embargo, no todos los niños son igualmente susceptibles a esta influencia, por lo que aquellos con mayor vulnerabilidad interpersonal -como aquellos con pocos amigos- tienden a conformarse más para evitar el rechazo.
En ese sentido, el investigador explicó que los padres que quieran manejar la influencia de los padres sobre sus hijos deberían centrarse en mantener una relación positiva con ellos, más que inmiscuirse en sus relaciones de amistad. Este enfoque, detalla el académico, permite conservar su relevancia en la vida de los jóvenes, al tiempo que genera un mayor equilibrio entre su autonomía y el apoyo paternal, reduciendo la conflictividad.
Asimismo, se refirió al control parental excesivo, asegurando que acciones como desaprobar las amistades o intentar controlar las relaciones tienden a propiciar mayores problemas conductuales y aumentar el rechazo hacia ellos. Por ello, es clave en este proceso equilibrar las relaciones con pares y familiares, de modo que el apoyo paternal pueda tener un impacto positivo a la hora de que los jóvenes manejen las presiones sociales. Revisa la charla completa aquí.
Experiencia enriquecedora
Para Nicolás García, psicólogo egresado de la EPUC y estudiante del Doctorado en Psicoterapia, la visita de Erika Hoff y Brett Laursen fue de enorme valor dada su experiencia y lo relevante de su quehacer investigativo. “Desde mi formación doctoral agradezco la visita de ambos académicos, cuyas presentaciones describieron el estado del arte de investigaciones longitudinales de relevancia mundial, y cuyos testimonios ilustraron cómo sobrellevar con perseverancia y humildad los desafíos propios de la carrera académica”, planteó.
“Destaco cómo cada académico integra la influencia de las variables familiares y las variables del entorno en el desarrollo infantil y adolescente, tanto en la adquisición del lenguaje como en la influencia de los pares. Esta visión ecológica permite pensar en políticas públicas que apunten tanto al rol de los padres como de las redes comunitarias”, agregó.
Sergio González, también del Doctorado en Psicoterapia, coincide: “La Dra. Erika Hoff nos presentó sus investigaciones en desarrollo del lenguaje en familias donde los infantes están expuestos a ambos idiomas con evidencia empírica que demuestra el impacto positivo que la adquisición de dos lenguas tiene en el desarrollo infantil. Esto da a lugar a una reflexión importante a nivel social y profesional, para orientarnos a buenas prácticas de crianza en términos del desarrollo cognitivo”.
“Por otro lado, el Dr. Brett Laursen presentó evidencia de un debate histórico pero aún relevante, que es la influencia de pares en el desarrollo de la adolescencia, con datos que comparan el desarrollo social de adolescentes en distintos países, demostrando como el desarrollo de pares y la involucración de padres juega un rol significativo en el desarrollo sano de adolescentes. Específicamente, cuando los padres están sobreinvolucrados en la selección de pares y amistades en adolescentes, puede aumentar la aparición de síntomas conductuales, afectando el desarrollo de jóvenes”, sostuvo.
Texto: Nicolás Pérez Lozano, Comunicaciones Psicología UC
Fecha: 21/11/2024