Corea del Sur, Holanda y Canadá fueron algunos de los destinos escogidos por los diez estudiantes de Psicología UC que aprovecharon sus vacaciones de invierno para realizar cursos de verano en otras universidades. Una oportunidad para intercambiar experiencias, relacionarse con otras culturas y aprender nuevos idiomas que recomiendan tomar a todos quienes aún no se deciden.
“¿A Corea del Norte? ¿Pero por qué allá? Es demasiado diferente”. Ésa fue la primera reacción que tuvo el círculo cercano a María Belén Cruces, estudiante de cuarto año de la carrera de Psicología UC, cuando les contó que se iría de intercambio a la Hanyang University en Seúl. Y fue precisamente la posibilidad de conocer una cultura tan distinta a la nuestra lo que más la motivó a realizar un curso durante sus vacaciones de invierno en un lugar tan lejano. “Una experiencia en todo sentido, porque fue una inmersión total. Siempre la gente piensa en Europa o Norteamérica, y no en Asia como una opción. Yo creo que ésa lejanía con nuestra cultura fue lo más atractivo”.
Una decisión que también tomó su compañera Beatriz Sierra, otra de las estudiantes beneficiadas por el Programa Conecta Asia.
Para ella, la posibilidad de viajar más de 18 mil kilómetros y vivir en un país tan distinto al nuestro, le llamaba la atención hace tiempo. Sin embargo, el idioma y los requisitos estipulados para intercambios más extensos, fueron algo que alejó la idea. “Por eso fue muy atractivo para mí cuando llegó el correo con información de este intercambio. Yo antes de la pandemia estaba lista para irme a España. Había decidido irme para allá, porque era algo mucho más fácil que postular a un país asiático. Luego con la pandemia todo se tuvo que posponer, y cuando ya se podía retomar el viaje, esto ya no resultaba tan conveniente porque me atrasaba. Así que cuando vi que podía postula a un país asiático, pero sin tanto papeleo, lo vi como una buena oportunidad. Eran pocas semanas y era un lugar que me atraía conocer”.
Todo un desafío para las estudiantes que tuvieron el idioma como la primera barrera a enfrentar. “Para mí éste fue un aprendizaje en todo sentido. Conocer un país tan diferente es ir un nivel más allá. Salir de las fronteras del continente y de tu cultura es realmente conocer. Uno se ve en situaciones límites en las que no entiendes nada. La única forma de comunicación es el inglés. Sin eso no puedes hacer nada. Todo eso te hace pensar muchas cosas… te hace pensar lo impregnada que está la cultura. Las cosas buenas y las cosas malas. Si bien es un país organizado y ordenado, todavía no se ha abierto en su totalidad a los extranjeros. Entonces hay una tendencia a romantizar Corea, que está bien porque hay muchas cosas admirables, pero hay otras cosas que no lo son tanto. Hay bares o lugares a los que no pueden entrar extranjeros”, dice la estudiante que tomó los cursos de Coreano I y Cerámica Coreana.
En esa misma línea María Belén Cruces dice que una de las cosas positivas que más le llamó la atención de Corea fue el paisaje. “Es hermoso. Es un país realmente lindo, con mucha vegetación. Hay un verde vibrante en todas partes, que es una locura. Yo creo que por eso también tienen una cultura de deporte bien desarrollada. Uno ve mucha gente haciendo deporte en los parques. Gente de todas las edades”. Entre las cosas que no le gustaron está que es una sociedad muy exigente. “Eso uno lo ve tanto a nivel laboral como académico. Hay muchos suicidios y la salud mental es algo que preocupa”.
Quien también se atrevió a vivir la experiencia de vivir en otro país y conocer otra cultura fue Cristóbal Escobar. Hace tiempo que el estudiante de 4° año de psicología de la EPUC tenía en mente un intercambio. Por eso, la posibilidad de irse a Canadá a realizar un curso para perfeccionar su inglés durante las vacaciones de invierno le pareció algo que tenía que aprovechar. “Era una buena opción para mejorar en el idioma. Cuando llegó la información de que existía la posibilidad de tomar un curso de idioma en el extranjero, por pocas semanas, dije ¿por qué no?”.
Pese a que le hubiera gustado haber realizado una estadía más extensa, el estudiante que realizó un curso de inglés en la Universidad de Dalhousie, dice que se motivó por las facilidades de postulación de este intercambio. “La verdad que no exigían muchos requisitos. Fue un proceso bastante fácil y rápido. Postulé enviando muy pocos papeles… un papel de la Dase, una carta de motivación y nada más”
Una aventura que de acuerdo a Cristóbal valió totalmente la pena, ya que en las cuatro semanas que estuvo en la ciudad de Halifax (en la provincia de Nueva Escocia), no solo mejoró el dominio del idioma, también pudo conocer una realidad muy distinta. “No fue solo aprender inglés. El programa consideraba toda una inmersión. Había actividades para conocer la ciudad, para conocer a l@s compañer@s, para conocer más de la cultura del lugar, etc. Fue muy interesante y entretenido. El tiempo se pasaba súper rápido. Teníamos clases en la mañana, actividades en la tarde, no parábamos nunca… En verdad fue muy buena la experiencia. Ojalá hubiera sido más tiempo”.
Al igual que sus compañeras que fueron a Corea, la naturaleza del lugar fue uno de los aspectos que más llamó su atención. “Hay mucho contacto con la naturaleza. Estaba lleno de lagos y de árboles. No se veía nada seco. Era casi paradisiaco. Me gustó eso y también la tranquilidad y el orden. Era una ciudad muy limpia y segura”.
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Texto: Andrea Paz Fuentes Uribe, periodista Escuela de Psicología UC
Fecha: 24-11-2022