Tras conocerse los resultados de la última Prueba de Selección Universitaria, nuevamente resurgió el debate de si es necesario generar un cambio en el actual sistema de ingreso a la educación superior. Discusión en la que el profesor Jorge Manzi, uno de los creadores de la PSU, afirmó que si bien es importante estar en constante revisión, lo que la prueba refleja es lo que en el fondo se debe cambiar: Un sistema educativo que genera inequidad.
Más de 290 mil jóvenes rindieron este año la Prueba de Selección Universitaria. Sistema de ingreso a la educación superior que se inició el 2004, pero que a a 14 años de su debut ha generado algunas inquietudes respecto a su rol y los posibles cambios que podría tener.
Es que de los cien colegios que obtuvieron mejores resultados en la PSU, 94 son privados, cuatro son municipales y sólo dos particular subvencionados. Cifras que dejan en evidencia una profunda desigualdad, que los críticos del sistema apuntan como una de las razones para cambiarlo; considerando que se evalúa de igual manera a estudiantes que no compiten en igualdad de oportunidades.
Es por ello que el profesor de la Escuela de Psicología, y uno de los creadores de la PSU, Jorge Manzi, participó de un debate en CNN respecto a los aspectos positivos y negativos que tiene la medición que entregó sus resultados este 26 de diciembre. Conversación en la que también estuvo presente Alfonso Mohor, quien es Presidente de la Fech, y representante de la Confederación de Estudiantes de Chile.
¿Debe cambiarse la PSU? Si más del 42 por ciento de los estudiantes de colegios municipales no logró superar la barrera de los 450 puntos, y en el caso de los egresados de establecimientos particulares pagados la cifra apenas alcanzó el 6,5 por ciento, para Mohor la respuesta es afirmativa. La PSU no puede funcionar como el principal mecanismo de ingreso a la educación superior. “Consideramos que segrega en tanto mide de manera estandarizada a todas las personas, dejando de lado una serie de conocimientos, capacidades y habilidades, que no caben dentro de este mecanismo en particular. Para nosotros es un reproductor de los sesgos socioeconómicos provenientes de la educación previa”. Y si bien Jorge Manzi, Director del MIDE UC afirmó que “todo sistema de evaluación tiene que ser revisado periódicamente”, no se puede olvidar que la prueba no es la que genera la desigualdad, sino que da cuenta lo que de fondo debemos cambiar: Un sistema educativo que genera inequidad.
“Lo que tenemos en Chile es falta de equidad y no porque la prueba en sí mismo sea el problema, sino porque la calidad de la instrucción que tenemos no compensa las diferencias que traen los chicos cuando llegan a las escuelas”, dijo el experto. Asimismo, y estando de acuerdo con que las pruebas tradicionalmente se han centrado en aspectos cognitivos, es necesario considerar que la información que existe respecto a qué aspectos no cognitivos podrían contribuir a anticipar el éxito en la universidad es reciente. “No es algo de lo que sabíamos mucho hace diez años. Y aunque hay un informe en Estados Unidos que demuestra que hay al menos ocho dominios que podrían ayudar a anticipar el éxito en la universidad, la comisión que revisó esto acá dice que ninguno de estos aspectos puede ser transformado en un criterio de selección. ¿Qué es lo que pasa si tratamos de transformar aspectos como responsabilidad y autorregulación eso en una medición estandarizada? Todo el mundo sabe qué es lo que tiene que contestar para parecer como una persona altamente responsable y altamente regulada. Cosa que no nos ocurre con las pruebas conocimiento. Entonces aquí tenemos un desafío técnico que tenemos que resolver para que esa aspiración que tienes, y que yo también comparto, se materialice como un criterio de admisión”.
Finalmente, el profesor afirmó que tampoco hay que perder de vista que Chile tiene un sistema de educación superior que no está en condiciones de recibir a todos quienes egresan de la enseñanza media. “Entonces, de alguna manera hay que seleccionar. Si dijéramos que esa selección la vamos a hacer al azar, sería seguramente rechazado ampliamente. Porque también hay una visión meritocrática… piensa en los resultados que hemos visto. Un chico que estudió en un liceo técnico, obtuvo un puntaje nacional. Situación que para muchos sería una especie de imposibilidad lógica, porque la prueba supone una barrera tan dura que algo así no sería posible. Sin embargo lo fue. Entonces la pregunta es cómo congeniamos esa visión sobre la meritocracia, con una mayor equidad en las oportunidades. Tenemos que tener un mecanismo de ordenamiento de los jóvenes que ojalá sea confiable y también sea predictivo. Se llame eso PSU o se llame de otra manera, en verdad no me importa tanto. Pero lo que no creo que ustedes estén planteando, porque no tendríamos posibilidades de acomodarlo, sería un sistema sin barreras de entrada. Ya que eso requeriría otro sistema universitario”.