Cortometraje recuerda la figura de la estudiante EPUC Alicia Ríos y de miembros de la comunidad UC víctimas de la Dictadura

Son 32 los integrantes de la comunidad universitaria de la UC que fueron asesinados o se encuentran en calidad de detenidos desaparecidos. A ellos se suma el sufrimiento de cientos de académicos, académicas, estudiantes y trabajadores exonerados, detenidos o torturados durante la Dictadura Militar. A 47 años del Golpe de Estado, esas son las historias que quiso rescatar en un documental Sebastián Eguiluz, estudiante de nuestra Escuela, que a través de la figura de Alicia Ríos Crocco, rinde un homenaje a quienes no fueron indiferentes ante los abusos e injusticias, y se comprometieron fuertemente en la lucha por la recuperación de la democracia.

Una joven alegre, sencilla, humana y muy solidaria, así recuerdan a Alicia Ríos Crocco quienes la conocieron. La estudiante de nuestra Escuela, oriunda de Valparaíso, de amplia sonrisa y pasión desbordante, es una de las 32 personas de nuestra comunidad universitaria UC que fueron asesinadas o se encuentran en calidad de detenidas desaparecidas tras la dictadura militar.

El 12 de diciembre de 1984, con apenas 26 años, Alicia perdió la vida cuando transitaba en bicicleta por Avenida San Eugenio en la comuna de Ñuñoa. Una fuerte explosión le causó una muerte instantánea. En esa época, Carabineros y la CNI señalaron que su muerte había sido provocada por explosivos que transportaba en su mochila. Sin embargo, informes periciales del Laboratorio de Criminalística de Investigaciones contradijeron esa información y confirmaron que el artefacto explosivo iba puesto en el sillín.

Si bien en 1990, el proceso por su muerte fue sobreseído, por no estar suficientemente establecida la perpetración del delito de transporte de explosivos, ni porque su muerte haya sido consecuencia de un hecho punible, hasta el día de hoy sus familiares sostienen que esto habría sido provocado por agentes del Estado, quienes habrían puesto la bomba en la bicicleta accionándola a distancia.

Al igual que muchos jóvenes, tras el Golpe Militar Alicia no fue indiferente ante los abusos e injusticias y se comprometió fuertemente en la lucha por la recuperación de la democracia. Por eso, a través de su figura, el estudiante de nuestra Escuela, Sebastián Eguiluz, quiso rendir un homenaje a las mujeres y hombres, miembros de nuestra comunidad universitaria, que fueron víctimas de la Dictadura.

El  documental «Alicia, al final de este viaje», que realizó el 2017 a propósito de los 60 años de vida que cumplía la Escuela de Psicología UC, ahora fue presentado en formato de cortometraje, centrándose principalmente en la figura de Alicia Ríos Crocco. Se trata de «Sin embargo estoy aquí resucitando», un trabajo que se lanzó en el marco de la semana de la memoria organizada por los Centros de Estudiantes de las Escuelas de Psicología, Antropología, Trabajo Social, y el Instituto de Sociología.

¿Qué es lo que sabías de Alicia antes de comenzar este proyecto?

Yo conocí a Alicia el 2017, cuando se inauguró un mural en la sala Biedma, López, Ríos. Mural donde precisamente se rinde homenaje a Alicia, al profesor Patricio Biedma y al estudiante Patricio López. Como yo pertenecía al Centro de Estudiantes de Psicología, mis compañeros, que sabían que también quiero ser cineasta, me propusieron realizar un documental sobre ella.

Fue así que empezamos a trabajar… Fuimos investigando y consiguiendo contactos para hacer las entrevistas y entre ellos llegamos a Gloria Yáñez, la mejor amiga de Alicia. Entonces, decidimos abordar en una primera parte del documental cómo se vivió la Dictadura en Psicología y en una segunda, el caso de Alicia Ríos.

¿Y qué significó para ti conocer esta historia?

En verdad fue súper fuerte. Al principio había personas que nos hablaban como tangencialmente del tema, porque no habían sido tan cercanos a ella. Pero, cuando conocimos a su amiga fue muy fuerte.

En esa oportunidad teníamos planeado una entrevista de una hora y estuvimos como cinco, porque iban saliendo muchos temas. A nosotros nos afectó mucho, imagínate a Gloria, que eran tan cercanas. Había cosas que no recordaba hace mucho tiempo y revivirlas fue doloroso. Creo que fue muy desgastante, pero enriquecedor.

Después de escuchar los relatos en que nos hablaba de Gloria en su cotidianeidad, como amiga, como estudiante… es duro contrarrestar eso con una muerte tan horrible, tan macabra. Es fuerte.

¿Cómo era ella?

Creo que hay harto mito en torno a su figura. Hay gente que me dice que era miembro del MIR. Otras personas cercanas me dijeron que no. Más allá de eso, creo que era una estudiante con hartos sueños e ideales bien marcados. Y creo que no es muy distinto a los jóvenes de hoy. Por eso es fuerte que a una persona como tú o como yo, hayan decidido tratarla como si fuera un enemigo de guerra.

¿Qué es lo que buscabas al hacer este documental?

Creo que necesitaba conocer la historia del lugar donde estoy estudiando. Buscar la memoria y que esos relatos no se olviden. Cuando presenté el documental la primera vez fueron compañeras de Alicia y recuerdo que una de ellas dijo que durante todos estos años no había podido verbalizar lo que sentía en palabras. Y que de alguna manera esto la ayudó a hacerlo. Entonces, creo que esto fue una reflexión sobre la memoria y sobre heridas que aún no se han sanado. Como se puede hablar de olvido si las cosas siguen ahí.

Texto: Andrea Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.