¡Andrea Gatica, Bernardita Villarroel y Anita Vargas reciben un merecido reconocimiento de la UC por sus años de servicio!

Con más de 60 años de historia, varias son las personas que han impulsado que la EPUC sea lo que es hoy: un centro académico que lidera la formación de psicólogas y psicólogos en el país, reconocido como uno de los núcleos más importantes de investigación de la disciplina a nivel nacional y latinoamericano. Entre ellas se encuentran Andrea Gatica, Bernardita Villarroel y Anita Vargas. Importantes miembros de nuestra comunidad que en el Día de la Trayectoria Laboral recibieron un merecido reconocimiento de la UC por sus 20, 25 y 30 años de servicio.

Al llegar a la Universidad el 2003, jamás imaginó que sería el comienzo de una historia que se extendería por más de 20 años. “Me habían despedido y se dio la oportunidad de trabajar en Valoras UC, con Isidora Mena. Luego se abrió la opción de entrar a la Escuela de Psicología de manera más formal, ya con contrato, y eso me interesó mucho. Siempre quise ser parte de una institución grande como la UC, aunque nunca pensé que sería por tantos años”, dice Andrea Gatica.

Tras dos décadas de trabajo, en las que ha sido secretaria recepcionista, secretaria de pregrado, y desde hace 18 años secretaria de la Revista Psykhe, Andrea no se arrepiente de la decisión. “Tenía ganas de entrar a un lugar que me diera estabilidad laboral. Y cuando empecé a conocer gente que cumplía 20, 25, 30 años, me di cuenta de que estaba donde quería y empecé a proyectarme. A pensar que podía llegar a los 20 años. Y aquí estamos”. Años en los que se ha transformado en un aporte fundamental para la Escuela, y en los que ha sido testigo de la evolución de muchos estudiantes, algunos de los cuales hoy se desempeñan como académicos/as en las mismas aulas donde se formaron. “Es emocionante ver que gente a la que tú matriculaste está de regreso como profesor/a. Incluso algunos en cargos de jefatura. Es lindo ver ese proceso”.

Un camino en el que ha tenido varios jefes, jefas, compañeros y compañeras a las que le gustaría agradecer. “Cuando llegué acá mi hijo, que tiene 22 años, no había cumplido ni siquiera dos. Entonces, he ido creciendo profesionalmente, pero también en lo personal. He vivido cosas importantes aquí y he sentido el apoyo. Siempre he sentido que han estado conmigo, en los períodos buenos y en los que no han sido tan fáciles. Por eso agradezco a cada uno y a cada una”.

Para la secretaria de la Revista Psykhe, esa cercanía en la que todos se sienten parte de una misma comunidad, es algo que no siempre se ve en todos los trabajos. Y eso ha sido fundamental para mantenerse aquí durante tantos años. “Hay muchos lugares en que no se dan instancias para compartir con las jefaturas. Aquí puedes almorzar en el mismo comedor o tomarte un café con los profesores y profesoras. No se ven esas diferencias (…) Y hay gestos significativos. Por ejemplo, cuando fui premiada con el mejor desempeño (el 2016) fue muy bonito, porque no solo me acompañaron mi mamá y mi hijo, también todo el equipo de la Revista (Psykhe). Y sentirte querida no solo por tus pares, también por tu equipo y por tus jefes, es otro logro importante”.

Y pese a que ya han transcurrido 20 años, las ganas de seguir creciendo siguen intactas. “Me siento muy contenta de aportar a esta Escuela. Mi deseo es continuar trabajando aquí e ir asumiendo nuevos desafíos. Seguir aprendiendo y mantenerme comprometida con mi trabajo”, afirma.

Trabajo en conjunto

A 25 años de su arribo a la UC, Anita Vargas -que hoy es parte de Mide UC tras pasar más de una década en la EPUC- dice que su compromiso con la institución y el trabajo que desempeña está tan vigente como en su primer día. “Recibo este reconocimiento con agradecimiento, alegría y mi compromiso intacto para el tiempo de trabajo que me queda”, asegura.

Sus inicios se remontan a 1998, cuando llegó a hacer un reemplazo al Decanato encabezado en ese entonces por Pedro Morandé. “Luego me trasladaron a la EPUC, donde pasé por varias secciones hasta que llegó el Doctorado en Psicología. Estuve en la Escuela durante 11 años. Luego, don Jorge Manzi y Roberto González me invitaron a ser parte del equipo de Mide UC, donde me encuentro hasta hoy”, cuenta.

Todos estos años de servicio han forjado en Anita Vargas un estrecho vínculo con la institución. Por lo mismo, este reconocimiento a su persona y el rol que ejerce está cargado de emoción y un agradecimiento mutuo. “La EPUC y Mide UC me han entregado un trabajo estable, conocimiento, experiencia, innovación, metas y beneficios. Me ha entregado estabilidad, rodearme de buenas personas con quienes relacionarse y trabajar cómoda, además de ayuda y comprensión en momentos difíciles, buenos y no tan buenos”, relata.

Varios años vinculada a la UC en los que no puede dejar de agradecer a quienes han sido parte importante de este proceso. “Por ello, no me resta más que agradecer desde la primera jefatura a todos los directores y profesores de la EPUC. Y, ahora, a don Jorge Manzi, Roberto González y todo el equipo de Mide UC. A todas mis colegas de la Escuela y la Facultad ya que en algunos momentos nos toca relacionarnos o trabajar en conjunto”, agrega Anita Vargas, quien dice sentirse “halagada” por el reconocimiento.

Un lugar para desarrollarse

En sus 30 años en la institución, la dedicación y el profesionalismo de Bernardita Villarroel no han pasado desapercibidos. De hecho, son justamente esas cualidades las que más destacan sus cercanos al interior de la EPUC. Un justo reconocimiento a un trabajo de excelencia que, dice, recibe “con alegría y gratitud”.

“La motivación se debe a que siempre han existido espacios para el desarrollo personal y profesional. Lo primordial es aprovechar estas instancias disfrutando el día a día”, sostiene Bernardita, que recuerda sus primeros momentos en la EPUC llevando a cabo su trabajo sólo con lápices, papeles y un fax, para luego dar paso a un computador e impresora de papel continuo. “Los equipos de trabajo eran pequeños. Pero ahí estábamos trabajando todas y todos juntos con entusiasmo, sorprendiéndonos de nuestras propias capacidades”, cuenta.

Y en estos varios años en la UC, Bernardita recuerda con cariño varios episodios. “Cómo olvidar los encuentros con los profesores en la cocina de la Escuela antigua, con un cafecito; los paseos de fin de año, los antiestrés. No todo era trabajo. Se agradecen esas instancias. Pero la Escuela creció y ahí estábamos apoyando el crecimiento físico, de la planta académica, profesores que retornaban de sus doctorados y compañeros que se integraban a este desafío”, añade la homenajeada.

Tres décadas en las que agradece a la institución y a todos quienes la han ayudado a crecer. “He tenido la suerte de forma parte del equipo UC y sobre todo de la EPUC, que me han dado la oportunidad de desarrollarme en pregrado y postgrado, lo cual agradezco mucho”, concluye.

Texto: Comunicaciones Psicología UC
Fecha: 02-10-2023