Javier de la Maza y Paula Repetto se adjudican fondo del Colegio Médico para investigar la comunicación doctor-paciente

Junto a las investigadoras Mariana Dittborn y Daniela Rojas, los profesores de la EPUC llevarán adelante el proyecto “Percepción de autoeficacia en habilidades comunicacionales de médicos en la Región Metropolitana”, cuyo objetivo es investigar el grado de confianza que experimentan los profesionales de la salud a la hora de comunicarse de manera efectiva con sus pacientes.

Una buena comunicación entre médicos y sus pacientes es esencial para la adherencia a los tratamientos y la satisfacción general de los procesos de atención. Bien lo saben los académicos de la EPUC Javier de la Maza y Paula Repetto, quienes, junto a las investigadoras Mariana Dittborn y Daniela Rojas, se adjudicaron un fondo del Colegio Médico para investigar el grado de confianza que experimentan los profesionales de la salud a la hora de comunicarse de manera efectiva con sus pacientes.

El proyecto, denominado “Percepción de autoeficacia en habilidades comunicacionales de médicos en la Región Metropolitana”, contempla la aplicación de un cuestionario que evaluará dicha percepción en términos generales y con relación a situaciones comunes en la práctica clínica, como la entrega de malas noticias o la atención de pacientes con enfermedades crónicas que deben modificar sus conductas y adoptar hábitos de vida saludable.

“Una comunicación deficiente puede aumentar el riesgo de incumplimiento y reclamos. Una buena comunicación, en tanto, beneficia a los profesionales de la salud al reducir el riesgo de demandas, mejora la satisfacción laboral y disminuye el riesgo de burnout”, asegura el académico Javier de la Maza sobre el impacto de la comunicación en la relación con los pacientes, lo que será ampliamente abordado durante los 12 meses de duración del proyecto.

“Como equipo, esperamos generar evidencia que sirva como insumo para identificar brechas y avanzar en el desarrollo de instancias de capacitación y educación médica continua para fortalecer las habilidades comunicacionales de los médicos y médicas de nuestro país”, explica sobre los objetivos de la investigación.

Comunicación y confianza

Javier de la Maza es consciente de las dificultades que el personal de salud experimenta a la hora de comunicarse con los pacientes. De hecho, él mismo ha debido enfrentar situaciones complejas en su labor como médico de urgencia pediátrica que lo han llevado a reflexionar en torno a la necesidad de contar con mayores competencias de comunicación durante su quehacer clínico.

“Constantemente me toca enfrentar situaciones difíciles en las que tanto a mí como a mis colegas nos ayudaría tener más herramientas de comunicación efectiva. Pero, en la práctica, a uno no lo preparan tanto y las instancias de capacitación, en general, son muy genéricas y, por ende, poco útiles”, plantea el profesor de Comunicación en Salud.

Según explica, en la relación médico-paciente hay momentos críticos en los que la comunicación juega un rol fundamental en la generación de confianza, como lo son el primer contacto, al entregar indicaciones sobre un tratamiento o al informar un diagnóstico grave o fallecimiento.

“Esto me llevó a pensar en formas para avanzar en esta área y hacer investigación es uno de los primeros pasos, partiendo con este estudio que busca caracterizar cómo los médicos perciben sus propias habilidades de comunicación”, añade el facultativo titulado en la Universidad de Chile y Master of Science in Health Education and Health Communication de la Universidad Johns Hopkins.

Materia pendiente

Una comunicación clara y efectiva tiene beneficios tanto para el paciente como para el médico. Los primeros se sienten más satisfechos al ver que los doctores son capaces de mostrar empatía, escuchar activamente y responder a sus preguntas. En ese contexto, pueden comprender mejor su condición y los tratamientos recomendados, mejorando la adherencia a las indicaciones médicas. El aumento en la confianza hacia el profesional tratante, en tanto, permite mejorar la percepción del cuidado recibido.

Por su parte, los médicos podrían enfrentar menos reclamos por negligencia, pues una mala comunicación puede resultar en demandas por mala praxis. Por el contrario, una buena comunicación se asocia a un mejor desempeño en los equipos, disminuye el riesgo de cometer errores y mejora la calidad de la atención.

Pero aunque en los últimos 20 años la formación de médicos y otros profesionales de la salud contempla cursos de comunicación, todavía hay aspectos por mejorar. “La calidad de estas asignaturas es muy variable y en general se destina poco tiempo a este tema. Por lo mismo, hay mucho espacio para mejorar actualizando estos programas e incorporando modelos de formación que estén validados por evidencia científica”, asegura Javier de la Maza. “Creo que también hay un gran espacio para avanzar en los entornos profesionales, aumentando la oferta de capacitaciones para equipos que trabajan en distintos centros de salud”, agrega.

Pero, más allá de la instrucción formal en temas vinculados a la comunicación, el académico de la EPUC identifica algunos aspectos que se pueden mejorar, como “reconocer y ser capaces de estimar las barreras y capacidades que tienen las personas para comprender información relacionada con su salud”. En esa línea, plantea que los médicos “muchas veces utilizamos un lenguaje complejo lleno de tecnicismos. La recomendación es siempre usar un lenguaje simple”.

“Por último, veo muchas dificultades para reconocer y validar las emociones del paciente. Hay técnicas para hacer esto, que es muy importante en la interacción con pacientes que enfrentan momentos de gran vulnerabilidad”, concluye.

Texto: Nicolás Pérez Lozano, Comunicaciones Psicología UC

Fecha: 25/06/2024