Paula Luengo participa en el lanzamiento de la nueva Política Nacional de Convivencia Educativa

El proyecto de la Escuela de Psicología UC, a cargo de desarrollar en las comunas de la Región Metropolitana el programa “A convivir se aprende” del Mineduc, formó parte del lanzamiento de la Política Nacional de Convivencia Educativa 2024 – 2030. En la ceremonia se entregó el marco orientador para todos los niveles, modalidades y contextos educativos, el cual busca promover la reflexión y el diálogo sobre las maneras de relacionarse cotidianamente entre quienes forman parte de una comunidad educativa.

Después de dos años de trabajo, la participación de 270 personas en 40 grupos focales y la sistematización de recomendaciones de las mesas que han abordado el tema, el Ministerio de Educación presentó este lunes la actualización de la Política Nacional de Convivencia Educativa (PNCE), compuesta por un documento central y 12 cartillas que abordan este tema, y que por primera vez cuenta con un plan de acción con medidas para apoyar a las comunidades educativas, por parte del Ministerio de Educación y sus organismos asociados, hasta 2030. 

La presentación de la PNCE se realizó en la Escuela Básica La Araucanía, de la comuna de La Granja, y contó con la participación del ministro de Educación, Nicolás Cataldo, la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, la subsecretaria de Educación Parvularia, Claudia Lagos, las diputadas Emilia Schneider y Alejandra Placencia, la directora nacional de Junaeb, Camila Rubio, la vicepresidenta ejecutiva de la Junji, Daniela Triviño, y el alcalde de La Granja, Felipe Delpin. 

El ministro Cataldo señaló que la actualización de la PNCE, cuya versión original data de 2002, tuvo como fin modernizar los marcos de acción y orientación a las comunidades educativas para que puedan enfrentar el impacto de la pandemia y la suspensión de clases presenciales durante dos años; definir qué se entiende como aprendizaje socioemocional, bienestar y salud mental en contextos educativos;  abrir la política para que incorpore gran parte de la trayectoria educativa (desde educación parvularia a educación de personas jóvenes y adultas), y actualizar y añadir estrategias para gestionar la convivencia educativa. 

“Buscamos dotar de herramientas para que las comunidades educativas comprendan cuál es el fenómeno que enfrentan. Y esta actualización de la Política Nacional de Convivencia Educativa abarca una mirada amplia, diversa y compleja de la convivencia, que queda plasmada en estas orientaciones y en el Plan de Acción, porque sabemos que las dificultades que viven muchos establecimientos no empiezan ni terminan dentro de la escuela”, indicó el ministro Cataldo; añadiendo que “acá hay un desafío mayor, que es que este es un problema de la sociedad en su conjunto. No es una tarea solo de las comunidades educativas, es una tarea de todo el país. Tenemos que comprometernos todos y todas, más allá si estamos involucrados directamente en el sistema educativo, con la tarea de mejorar la convivencia escolar, porque eso es finalmente mejorar la convivencia para la ciudadanía. Porque la convivencia es un aprendizaje, y a convivir se aprende entre todos y todas”. 

Nuevos modelos de autoridad 

Seis elementos caracterizan esta actualización y la diferencian de las versiones anteriores. Además de ser fruto de un trabajo participativo de 270 personas, promueve el principio de cuidado colectivo y la inclusión para construir comunidades educativas pluralistas y garantes de derechos; fortalece la perspectiva de cuidados, clarificando el rol de los centros educativos para la promoción del bienestar y las habilidades socioemocionales; establece estrategias para impactar en la mejora de la convivencia en distintos contextos y respecto de diversas temáticas; integra el Modelo de Escuela Total en apoyo a la gestión de la convivencia en los establecimientos educativos; y reconoce el desafío de construir una autoridad pedagógica basada en nuevos modelos de autoridad a través de un diálogo social amplio, vinculado al enfoque participativo, formativo y de derechos.  

La subsecretaria Arratia presentó a los asistentes los principales contenidos de esta política. Explicó que contempla un documento central, que es el marco orientador de la política; un Plan de Acción 2024-2030, con 42 medidas para apoyar la concreción de esta política; y 12 cartillas con diversos temas y estrategias específicas, que serán enviadas gradualmente en las próximas semanas a los establecimientos.  

Entre las medidas contempladas en el Plan de Acción está el compromiso de presentar un proyecto de ley que fortalezca la convivencia escolar; diseñar e implementar cursos o programas de formación continua para directivos, docentes y asistentes de la educación respecto de aprendizaje socioemocional y gestión de conflictos; usar las pruebas SIMCE para monitorear el estado de la convivencia escolar en las escuelas; generación de bases de datos para contar con mejor información; y el despliegue de campañas comunicacionales.  

La subsecretaria Arratia invitó a las comunidades educativas “a tomar estas orientaciones y hacerlas propias. Lo que nosotros queremos es que ustedes pueden procesarlo, tomarlo, trabajarlo desde su propia realidad”. Finalmente, recalcó que “la convivencia se perfecciona desde el equipo directivo, pero es algo en lo cual todos y todas podemos aportar en nuestras relaciones diarias en la comunidad educativa y fuera de ella”. 

A la ceremonia, desarrollada en la comuna de La Granja, también asistió la académica de la Escuela de Psicología UC e investigadora responsable del Programa “A convivir se aprende” para la Región Metropolitana, Paula Luengo. En la ocasión, la profesora abordó por qué es importante un programa sobre convivencia escolar en Chile y qué cree distingue al programa » A convivir se aprende», el cual implementa ProCiviCo en la RM. «No solo vienen a mejorar los climas dentro de las instituciones educativas, disminuir las probabilidades de malestar y violencia, de problemáticas de salud mental en niños, niñas y adolescentes, sino que también nos hacen bien como sociedad. «Las instituciones educativas no son islas. No solo son afectadas por sus ambientes, por sus territorios, por sus entornos, también pueden verse afectadas, en este caso, positivamente (…) En nuestra propuesta de implementación del programa, una distinción importante es esa reconexión de las escuelas con sus comunidades más amplias, sus barrios, sus sectores, y así volver a recrear esta vida que en las ciudades anónimas se pierde, que es vida de comunidad, de aprender a ser comunidad. Otra de las características que tenemos es que hemos puesto en el centro a un actor educativo que en nuestras normativas está, pero que ha sido poco utilizado para el ejercicio de las tomas de decisiones en la convivencia escolar: el consejo escolar. Y, por lo tanto, la centralidad que tiene la dimensión transversal de la convivencia escolar en todos los estamentos, que involucre el protagonismo de los estudiantes con alianzas con las familias y padres, madres y apoderados”, señaló.

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Texto: Ministerio de Educación
Fecha: 23-05-2024