En medio de una de las peores crisis sanitarias de la historia, la salud mental y el bienestar emocional es otro de los temas que preocupa, sobre todo en un país con altos índices de depresión y ansiedad. Por ello, un equipo interdisciplinario liderado por la académica de nuestra Escuela, María Pía Santelices, junto a Vania Martínez, de la Universidad de Chile, busca proponer estrategias concretas que reduzcan el impacto de la pandemia sobre la salud mental de la población. El trabajo, en el que también están involucradas las profesoras Mariane Krause y Paula Repetto, junto a expertos de la Universidad de la Frontera y la Universidad de Tarapacá, fue presentado a la Mesa Social COVID-19, y ya ha sido recogido por el Gobierno en algunos de sus anuncios recientes.
Una de las mayores crisis sanitarias de la historia es la que atraviesa el mundo por estos días. La llegada del Covid-19 ha significado un cambio radical en la vida de las personas y ha enfrentado a los sistemas de salud a una enfermedad desconocida, que hasta ahora ha dejado más de 300 mil muertes a nivel global. Un nuevo Coronavirus que está estructuralmente relacionado con el que causa el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), y que tiene a la comunidad científica en una cruzada global para adquirir más conocimientos sobre este virus y así frenar su expansión.
Mientras los estudios avanzan y se desarrollan pruebas para posibles vacunas, manejar la angustia, la incertidumbre y el estrés es el desafío que deben afrontar millones de chilenos y chilenas, que de golpe han tenido que lidiar con los cambios generados por el Coronavirus. Un escenario que preocupa, sobre todo en un país con altos índices de depresión y ansiedad.
Por ello, en el marco de la Mesa Social Covid-19 organizada por el gobierno, en la que participa el Rector de la UC Ignacio Sánchez, la Universidad formó varios equipos de trabajo interdisciplinario que buscan aportar a esta instancia. Entre ellos, el que aborda el tema de la salud mental y el bienestar psicosocial, liderado por la académica de la Escuela de Psicología UC, María Pía Santelices, junto a la psiquiatra y profesora de la Universidad de Chile, Vania Martínez. Un trabajo que busca proponer estrategias que reduzcan los efectos nocivos que tiene la pandemia sobre la salud mental de la población en Chile, y que también cuenta con la participación de las profesoras Mariane Krause y Paula Repetto, junto a expertos de la Universidad de la Frontera y la Universidad de Tarapacá.
“Lo principal es relevar la importancia que tiene la salud mental para que las medidas que se implementen para controlar la pandemia realmente funcionen y sean eficaces. Reconocer los efectos que tiene esta crisis sanitaria en la salud mental, y poder dar una respuesta como sociedad. Aportar desde la academia con conocimiento”, explica María Pía Santelices. Es que de acuerdo a los expertos, en este momento resulta vital que la salud mental forme parte de las políticas públicas a la hora de enfrentar este virus. Porque tanto la pandemia misma, como muchas de las medidas de mitigación, como el confinamiento, tienen consecuencias importantes en ella.
En ese sentido, Mariane Krause, académica de nuestra Escuela, quien durante 2019 fue la última presidenta de CONICYT -antes de que la institución formara parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación- dice que “es necesario que quienes diseñan y ejecutan las políticas tengan en consideración la importancia que tiene la dimensión psicológica para que la gente siga ciertas medidas”. Opinión que comparte la profesora Paula Repetto, otra de las integrantes de la EPUC presentes en la mesa.
De acuerdo a la académica, las restricciones de movimiento y el distanciamiento físico impuesto por la pandemia han alterado la vida de las personas. Y si bien se trata de una situación que afecta a todos y a todas, sin duda esto golpea aún más fuerte a ciertos grupos más vulnerables de la sociedad. “Por eso es un tema que debe estar presente en la discusión, ya que juega un rol fundamental en el éxito de las medidas que se están evaluando. Los efectos que tienen (las medidas) en términos de estresores, de demanda de las personas, son distintos porque todos vivimos distintas realidades. Entonces tenemos que pensar en fórmulas que consideren la salud mental y el bienestar emocional. No tomar medidas de forma aislada, sino que evaluar fórmulas que permitan facilitar estos procesos, sin agobiar más a las personas”.
Entregar herramientas
Frente a este complejo escenario, el equipo conformado por las académicas de nuestra Escuela, en el que también participan la psiquiatra, investigadora Midap y profesora de la Universidad de Chile, Vania Martínez; la psicóloga, investigadora del Centro de Justicia Educacional y docente de la Universidad de Tarapacá, Alejandra Caqueo; y el psicólogo, investigador MIDAP y académico de la Universidad de la Frontera, Manuel Ortiz, comenzó a trabajar en estrategias que les permitieran abordar la situación, sobre todo en aquellos grupos que, por distintas razones, no estaban siendo atendidos por las políticas del Gobierno.
De esta manera, se comenzó a trabajar en tres herramientas concretas para prevenir y proteger la salud mental de las personas, considerando condiciones psicológicas, sociales y contextuales que influyen en la adopción de las medidas propuestas para manejar la pandemia.
La primera se trata de una plataforma virtual o app interactiva, con material y herramientas concretas para enfrentar situaciones de crisis; información que tiene por finalidad bajar los niveles de ansiedad y poner a disposición de la comunidad estrategias simples de implementar, como por ejemplo, técnicas de respiración y mindfulness.
La plataforma ofrece una primera ayuda psicológica, en que las personas podrán evaluar cuál es el apoyo que necesitan respondiendo ciertas preguntas. Dependiendo del caso, pueden ser derivadas a una conversación por chat o dialogar telefónicamente con alguien capacitado para brindar atención en momentos de crisis. Esto gracias a que la plataforma trabajará en conjunto con la segunda propuesta del grupo de expertos: Una línea telefónica que será atendida por personas del área de la psicología entrenadas para esta tarea.
“La idea es tener una plataforma que permita que las personas puedan encontrar rápidamente, y de manera fácil, lo que les pueda ayudar en este contexto. Tener distintos formatos de presentaciones en función de las preferencias individuales. Un pool de recursos que sean útiles para cada situación. Básicamente lo que nosotros queremos es entregar apoyo emocional. Y con la línea telefónica queremos brindar contención emocional. Es una experiencia compartida y las reacciones que tenemos son esperadas. Hay personas que les va a ser útil la plataforma, pero hay otras que van a requerir de más ayuda. Yen esos casos la idea es buscar algunos recursos para que sean derivados y reciban atención psicológica de forma oportuna”, dice la profesora Paula Repetto, quien agrega que se pensó en esta alternativa, sobre todo considerando las dificultades de acceso a Internet que tienen algunos grupos más vulnerables de la población. “Tenía que ser algo de fácil acceso. No podemos salir de las casas, pero también están los problemas económicos que acompañan la pandemia. Hay gente que pierde el trabajo, trabajadores informales, gente que no tiene dentro de sus prioridades pagar una conexión a Internet. Entonces la idea es que esta línea telefónica sea gratuita para ellos. Que llamen y que no tengan que pagar”.
El nuevo rostro del duelo
Otro aspecto que preocupa es cómo enfrentar los duelos en medio de esta pandemia. Es que la crisis sanitaria no sólo ha obligado a cambiar el modo de vivir, también la forma en que nos despedimos de nuestros seres queridos. La muerte, que siempre es una experiencia dolorosa, hoy lo es aún más para quienes han tenido que enfrentarla en soledad. Por eso, y con el fin de evitar que estas experiencias puedan tener un efecto traumático, a mediano o largo plazo, se trabajó en guías de duelo, dirigidas sobre todo a aquellos grupos de riesgo.
“Se podría decir que hay un vacío en cómo nos estamos haciendo cargo de los aspectos emocionales frente a los duelos en estos momentos de crisis sanitaria. Por lo tanto, también en la mesa hemos desarrollado guías para manejar el duelo en distintos contextos. Guías para las familias, guías para los niños y también para los trabajadores de la salud. Esto porque el contexto de muerte, de duelo y de pérdida de seres queridos, es muy diferente al que vivíamos antes. La pandemia nos impone ciertas restricciones de distanciamiento físico que hacen que este proceso sea aún más complejo, lo que requiere un manejo distinto, sin perder los rituales y el espacio psicológico para elaborar la pérdida”, dice María Pía Santelices.
El documento, de 28 páginas, en el que se enfatiza la importancia del acompañamiento familiar y espiritual, el humanizar las salas de aislamiento, además de «respetar la decisión de los familiares de ver el cuerpo del paciente fallecido si así lo solicitan», fue entregado por el Rector Ignacio Sánchez a la Mesa Social Covid-19 organizada por el Gobierno. “La muerte en un hospital, entre desconocidos, sin el cariño de la familia, es una experiencia desgarradora para el paciente, para su familia y también para el personal que los atiende», dice el texto.
Chile al desnudo
Al igual que la crisis social que explotó en Octubre del año pasado, la pandemia ha dejado al descubierto las profundas desigualdades que existen en la sociedad chilena. “Inequidades de ingreso, de acceso a la salud, a la educación, a la cultura, etc. Todas bajo un denominador común. Que nuestra sociedad es una sociedad muy desigual, y que eso genera una tensión permanente”, señala Mariane Krause.
En este contexto, los problemas de salud mental, y en particular la depresión, también se distribuye inequitativamente. “Datos del Ministerio de Salud, de la Encuesta Nacional de Salud, de algunos Centros alojados en nuestra universidad, como el COES… Todos indican lo mismo. A mayor pobreza tienes mayores vulnerabilidades psicológicas. Hay una asociación clarísima entre pobreza y depresión. Entonces, las inequidades que tenemos en nuestra sociedad, también son las responsables de los problemas de salud mental que tenemos”, dice la expresidenta de CONICYT.
Un ejemplo claro es lo que hoy ocurre con Internet. Mientras para muchos se ha transformado en una herramienta fundamental para mantener la conexión con los seres queridos y las redes de apoyo, hay personas que, ya sea por un tema económico o etario, no tienen acceso. “En ese sentido, es muy importante que el país invierta en generar una mayor equidad en términos de acceso a la tecnología. En una situación de pandemia, el acceso a Internet pasa a ser un derecho. Es lo que nos permite comunicarnos con otros y no quedar totalmente aislados. Entonces, hay que hacernos cargo. Todos estos son grupos de riesgo. La gente que tiene que salir a trabajar por necesidad también. No sólo están en riesgo en términos de contagio, también en términos psicológicos, porque viven con mucha mayor angustia. Es en ellos donde queremos enfocarnos. En estos grupos que necesitan apoyo psicológico preventivo”, explica la académica.
Puedes revisar las «Recomendaciones y Guías de Acompañamiento» elaborado por el equipo de expertos AQUÍ.
Texto: Andrea Paz Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.