Marcela Cornejo, Directora de nuestra Escuela de Psicología UC e investigadora VioDemos, en conjunto con investigadoras doctorantas del programa de Doctorado en Psicología, exploran los efectos del Covid-19 en la academia y la investigación con metodologías cualitativas.
Desde finales de 2020 y en medio de una crisis global, cinco investigadoras que trabajan con metodologías cualitativas se reúnen periódicamente para reflexionar sobre cómo ha impactado la pandemia por COVID-19 en sus proyectos, actividades académicas y roles como investigadoras doctorales y asesoras de tesis.
Como resultado de dichos encuentros escriben “Researching with Qualitative Methodologies in the Time of Coronavirus: Clues and Challenges”, artículo publicado en el International Journal of Qualitative Methods, que analiza los efectos de la pandemia en las prácticas de enseñanza-aprendizaje y de investigación, identificando posibilidades y desafíos en los aspectos metodológicos y éticos.
Las consecuencias del confinamiento debido a la pandemia, las restricciones de movilidad y el cierre de las instituciones universitarias presentaron grandes problemas para la escritura científica, los eventos académicos y el trabajo de campo, limitando la producción de datos, la difusión de hallazgos y el intercambio entre investigadoras e investigadores. Sin embargo, la pandemia también significó una oportunidad para redefinir estrategias metodológicas, técnicas de producción de datos y de acceso a las comunidades con quienes se trabaja. Más aún, volver a preguntarse y tomar posición en relación a los sentidos del investigar.
Cómo investigar de manera remota, qué hay que adaptar, cómo articular las nuevas tecnologías y qué hacer si los cambios en el diseño del estudio también tensionan la pregunta que se sostiene y busca responder, son algunas de las interrogantes que se hacen Marcela Cornejo, investigadora VioDemos y Directora de la Escuela de Psicología UC, junto a sus colegas investigadoras.
El texto -escrito en conjunto con Javiera Bustamante, Marais Del Rio, Ximena De Toro y María Soledad Latorre- señala que la brecha digital sigue afectando la participación de poblaciones marginadas y excluidas, a pesar de los avances que se han presentado para acercar a comunidades geográficamente distantes, rurales o con problemas de movilidad. Aquí el desafío es cómo comunicarse con las y los participantes para generar confianza y credibilidad, lo que al mismo tiempo desafía a la investigadora o al investigador a cuestionar los sentidos de su quehacer, a tomar posición en relación a los andamiajes metodológicos, dotándoles de sentido epistemológico y ético.
El uso de herramientas web también ha modificado la producción de los datos. Si bien desde hace décadas que se discute la calidad y rigor de métodos mediados por la tecnología, los dispositivos y técnicas pueden ser innovadores y deben adaptarse para preservar una relación estrecha y colaborativa entre investigadores y participantes.
A su vez, las cuarentenas afectaron una serie de aspectos relacionales entre la población. “Todos los estudios remotos implican una serie de desafíos éticos, sin embargo, la pandemia cambió profundamente la forma en que se debe realizar la investigación remota. Es necesario considerar el impacto emocional que los estudios pueden tener tanto en las y los participantes, así como en las y los investigadores”, indican las autoras de este trabajo.
Diversos estudios sugieren que, en medio del aislamiento social, las reuniones en línea fueron valoradas como una oportunidad para hablar con otra persona. Esto conlleva dilemas éticos, especialmente en cuanto a los límites del rol de las y los investigadores, y en qué se diferencia de otras instancias de escucha.
En este contexto, se recomienda desarrollar protocolos o anticipar ciertas medidas en caso que los/as participantes presenten alguna fragilidad emocional debido a la investigación. Es relevante no deshumanizar el proceso de producción de datos, lo que requiere adoptar un rol de escucha activa, más allá de los temas de interés del estudio, y ser lo suficientemente sensible para advertir los potenciales beneficios y riesgos, tanto para participantes como para investigadores y todo el equipo de investigación en los procesos investigativos.
En este sentido, Marcela Cornejo señala que investigar de manera remota temáticas relacionadas con las violencias y la democracia en pandemia en Chile se volvió relevante, necesario y desafiante, porque al estar situados investigadores y participantes en contextos similares (como lo fue el confinamiento prolongado y sus consecuencias desde marzo de 2020), permitió construir encuentros significativos, sensibles y de escucha activa y crítica sobre situaciones que habían o estaban ocurriendo, más aún considerando el antecedente histórico reciente de la revuelta de octubre de 2019.
De esta manera, la investigadora concluye que la invitación es a reconceptualizar, a provocar nuevas reflexiones, y a hacer ajustes en los procesos para investigar de manera remota en consideración de los contextos socio-históricos y sanitarios, no solo porque puede enriquecer los andamiajes metodológicos, los dispositivos, la fenomenología, la calidad y el rigor en la investigación, sino también porque permite generar y fortalecer tomas de posiciones epistemológicas, éticas y políticas sobre el sentido del investigar.
Les invitamos a leer el artículo en VioDemos.
Texto e imagen: Viodemos
Fecha: 31 de enero 2023