Cómo se va construyendo el espacio cultural a través de los textos disponibles en el paisaje fue el tema que reunió a destacados investigadores e investigadoras del área, pero también de otras disciplinas, en la Universidad Pablo Olavide (de España). Un encuentro organizado por el Departamento de Filología y Traducción de dicha casa de estudios, que tuvo al profesor de Psicología UC, Gonzalo Gallardo, entre sus expositores con “La representación simbólica de un conflicto: Arte callejero en el estallido social chileno”.
Destacando la importancia de cómo la lengua y su uso «nos permite ver quiénes somos y cómo somos como sociedad», Francisco Oliva, rector de la Universidad Pablo Olavide, dio el vamos al I Congreso Internacional sobre Paisaje Lingüístico. El encuentro, calificado como una «oportunidad» para que la comunidad científica, profesorado y estudiantes conozcan una de las tendencias más novedosas en el ámbito de la Lingüística y ciencias afines, reunió a destacados investigadores/as del área, pero también de otras disciplinas, bajo el lema “El entorno urbano y rural hispánico”.
Visiones multidisciplinares del paisaje: geografía, arte, historia, economía, etcétera; El paisaje lingüístico multilingüe; El paisaje lingüístico monolingüe; El paisaje lingüístico y las variedades del español; Visión histórica en el paisaje lingüístico; Estudios de aspectos discursivos, léxicos, morfológicos, gramaticales, sintácticos, etcétera, del paisaje lingüístico; y El paisaje lingüístico y su aplicación pedagógica, fueron algunas de las secciones temáticas abordadas en las numerosas ponencias y conferencias de la actividad.
El congreso, heredero de las dos ediciones de las Jornadas Internacionales sobre Paisaje Lingüístico, celebradas el 2020 y 2021, no sólo reflejó el avance del conocimiento de los estudios sobre paisaje lingüístico en distintos ámbitos y la puesta en común de los métodos y enfoques de trabajo, también el interés interdisciplinario que despierta este campo de estudio. Es por ello que el profesor de Psicología UC, Gonzalo Gallardo, junto al académico del área de psicología básica de la Universidad Pablo Olavide, Juan Daniel Ramírez, presentaron “La representación simbólica de un conflicto: Arte callejero en el estallido social chileno”.
El ojo y el perro
De acuerdo al académico EPUC, el proceso de ir registrando lo que sucedía en el estallido social se dio de forma natural.
“Yo vivo cerca de la Plaza Baquedano o Plaza Dignidad. De este espacio colectivo en tensión. Entonces, comencé a tomar fotos y cuando me di cuenta de que tenía todo este material, que había recogido entre 2019 y 2021, me pareció interesante empezar a analizar los símbolos que estaban allí representados. Fue un proceso longitudinal que permitía visualizar su aparición, difusión, confrontación y transformación en el tiempo”.
Es así como junto a Juan Daniel Ramírez, su profesor guía en el doctorado de Ciencias Sociales que cursa en la Universidad Pablo Olavide, decidieron participar del Congreso y mostrar el trabajo en el que analizan dos de los íconos más relevantes del estallido social chileno: el ojo y el perro. Una participación que contó con el financiamiento del fondo de Apoyo a presentaciones en Congresos Internacionales de la Dirección de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, del Concurso de apoyo a la presentación en congresos internacionales de la Escuela de Psicología de la Pontifica Universidad Católica de Chile y del Concurso de Asistencia a Congresos de la Facultad de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado.
Siguiendo la misma línea de la investigadora egipcia, Sarah Awad, quien ha desarrollado un interesante trabajo respecto a las imágenes y símbolos de la denominada Primavera Árabe, Gallardo centró su investigación en símbolos. Para el académico, la revuelta que vivió la sociedad chilena, da cuenta de un complejo momento para la sociedad y las personas en el cual se pierden referentes. «Se conocen como experiencias liminales, o en este caso procesos liminales, que son como umbrales que se abren a oportunidades de desarrollo, en los que uno no sabe dónde va a terminar después de esos espacios. Y lo que se ha investigado, no solo en el caso chileno, también en el caso de Egipto (otro proceso de estallido), es que esos momentos reclaman la presencia de símbolos, de imágenes que puedan concentrar colectivamente lo que está ocurriendo para darles sentido”.
En este caso, los íconos elegidos fueron los que más se pudieron ver a lo largo del tiempo. Y, según explica el investigador, ambos tenían la fuerza de un mensaje muy claro. “Uno era el ojo, que nos decía hay que ver lo que está pasando. Nos están disparando a los ojos y hay que denunciarlo. Y el perro, que era un elemento de resistencia y de lucha. Lo interesante es ver cómo estos dos símbolos aparecen y tienen cierta vida social. Surgen en el campo, específicamente localizado cerca de la plaza, pero también en otros lugares. Son símbolos que empiezan a ser reproducidos, con un público que los valora, los apropia, y empieza a utilizarlos. Pasan del mundo físico, al online, y así… El ojo, que es un símbolo de denuncia, apareció hace poco frente al edificio de las Naciones Unidas, a propósito de lo que está sucediendo en Irán. Diciendo no dejen de estar atentos a las violaciones a los derechos humanos. Entonces la imagen vuela, se transforma, trasciende y se reproduce”.
En ese sentido, el profesor Gonzalo Gallardo señala que en este ciclo de vida, también hay espacios de censura a las imágenes, ya que dialogan con una discusión pública. “Entonces, están estas estatuas del perro que aparecían, pero que después aparecían quemadas. Todo eso es parte de los ciclos de vida de las imágenes. Son espacios de transformación. Y la transformación puede tener que ver con la destrucción, con generar otra creación para competir con el significado que está dominando o que la gente quisiera que tuviera, en fin… El ojo, que fue una respuesta a la víctimas de perdigones que no se veían en las noticias, comenzó a aparecer de muchas formas. Su vida social siguió un ciclo similar a lo que Awad identificó en Egipto, desde su producción, su capacidad para gatillar emociones y portar ideas colectivas, la ampliación del mismo a distintas audiencias y formatos y su censura o alteración, materialmente graficado en el blanqueamiento de paredes, muros y puentes en donde se ubicaba».
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Texto: Andrea Paz Fuentes Uribe, periodista Escuela de Psicología UC
Fotos: Profesor Gonzalo Gallardo
Fecha: 16-01-2023