“De aciertos, tropiezos, aprendizajes y desafíos en Chile a 50 años” fue el nombre de la presentación de la directora de la Escuela de Psicología UC, e investigadora asociada VioDemos, en el encuentro organizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia y la Pontificia Universidad Católica del Perú. En la iniciativa que busca aportar a la formación de tolerancia y valores cívicos en los países de la región, donde la pérdida de confianza en la democracia genera graves consecuencias a nivel social, también participaron la Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Elizabeth Lira; y la integrante de ProCiviCo y coordinadora comunal del programa “A convivir se aprende”, Danae Videla.
Contribuir desde la academia a formar ciudadanía, en un contexto en el que la crisis de confianza en la democracia se ha transformado en todo un desafío para los países latinoamericanos, es lo que se propusieron la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, al crear el Simposio Permanente “Educar para la Democracia”. Iniciativa trilateral que se enfoca en formar tolerancia y valores cívicos y en colaborar críticamente con la formación y el desarrollo de valores ciudadanos en nuestra región y el mundo.
La alianza, que da cuenta de un esfuerzo conjunto por contribuir a la profundización de los procesos democráticos y a la formación de profesionales comprometidos con su entorno, desarrolló este 6 y 7 de mayo el tercer encuentro entre estas tres casas de estudio en el Auditorio Alfonso Quintana de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia. Ocasión en que la delegación UC, liderada por el rector Ignacio Sánchez, contó con la participación de la directora de la Escuela de Psicología UC e investigadora VioDemos, Marcela Cornejo; la psicóloga UC y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2017, Elizabeth Lira; y la integrante del equipo de ProCiviCo y coordinadora comunal del programa “A convivir se aprende” del Mineduc, la psicóloga EPUC Danae Videla. Participaron además los profesores Patricio Bernedo, director del Centro UC para el Diálogo y la Paz; Rodrigo Mardones de la Escuela de Ciencias Políticas UC e Investigador Asociado VioDemos; Stephan Ruderer profesor del Instituto de Historia UC; e Isidora Opazo, estudiante de Magíster del Instituto de Historia UC.
En el encuentro, denominado “Democracia y reconciliación: Experiencias y desafíos desde Perú, Chile y Colombia”, académicos y estudiantes compartieron diversos programas e iniciativas que han impulsado ellos y sus universidades, con la finalidad de aportar en materia de reconciliación en sus países.
Elizabeth Lira, quien fue una de las conferencistas inaugurales del Simposio, aseguró que cuando hablamos de reconciliación “pareciera que todos entendiéramos lo mismo y estuviéramos relativamente de acuerdo, pero lo que ocurre normalmente es que estos conocimientos o estas perspectivas no están suficientemente explícitas, pero forman parte de las creencias y las prácticas”. La investigadora, con una destacada trayectoria en el ámbito de los derechos humanos, afirmó que la reconciliación implica cambios reales y cuestionó que se guarde silencio frente a situaciones de violencia política. “Esto nos permite crear una nueva situación y eso lo hemos trabajado en nuestros países, buscando la verdad como la rehabilitación de las familias, la búsqueda de la justicia que es la rehabilitación de las personas. No podemos ser parte del silencio; el ‘aquí no ha pasado nada’ hiere más al ofendido y agrava la impunidad”.
Aportar desde nuestro conocimiento
En el camino desarrollado por Perú, Colombia y Chile en pos de la reconciliación se han sucedido distintos esfuerzos, algunos más o menos exitosos que otros. Y eso es lo que quiso abordar el panel “Experiencias y aprendizajes de reconciliación” en el que participó la directora de la Escuela de Psicología UC e investigadora VioDemos, Marcela Cornejo.
En la instancia, la académica que estudia traumas psicosociales producto de la violencia política y procesos de elaboración individuales y colectivos, entre otras temáticas, realizó un recorrido por las distintas iniciativas estatales desarrolladas en Chile con posterioridad a la dictadura civil y militar, con la idea de trazar qué se ha hecho, cómo se ha hecho y quién lo ha hecho. “Como sabemos, y lamentablemente las experiencias de Colombia, Perú y Chile, así como la de muchos otros países han mostrado, la recuperación de los legados de violencias masivas de derechos humanos extendidas en el tiempo no es una tarea fácil, por el impacto y las consecuencias graves que perduran más allá de ocurridos los hechos. Incluso 50 años después, como es el caso de Chile”, señaló.
Consecuencias que, de acuerdo a la investigadora, no solo impactan por sus daños y sufrimientos a quienes las padecieron y a sus familias, sino también a la sociedad en su conjunto. “Un trauma psicosocial, como señaló Ignacio Martín-Baró, en el sentido que las relaciones sociales se encuentran perturbadas, lo que se expresa en procesos psicosociales que tienden a la instauración de la desconfianza, la rigidez, el escepticismo y la violencia como forma de resolver nuestros conflictos”.
Una política permanente
Tras el recorrido realizado por las distintas iniciativas impulsadas con el regreso de la democracia en Chile, Marcela Cornejo abordó los aprendizajes a partir de esos esfuerzos y los desafíos que aún están pendientes. Y en ese contexto la profesora no quiso dejar de destacar la tarea que se plantea el Plan Nacional de Búsqueda, promulgado el año pasado por el Presidente Gabriel Boric, que lo distingue de otras iniciativas anteriores, ya que se trata de una política pública permanente del Estado de Chile. Una iniciativa que se propone esclarecer las circunstancias de desaparición o muerte de personas víctimas de desaparición forzada de manera sistemática, de conformidad con las obligaciones del Estado de Chile y los estándares internacionales. “Y desde la Escuela de Psicología UC, junto con mi colega el profesor Germán Morales, hemos acompañado el trabajo de las y los profesionales del Plan Nacional, aportando desde nuestros conocimientos a partir de iniciativas de acompañamiento en autocuidado, cuidado, y riesgo del equipo de personas que están a cargo de la iniciativa (…) Como nos señaló el subsecretario de Derechos Humanos Xavier Altamirano, cuidar a los que cuidan”, comentó.
De acuerdo a la académica, el Plan que se encuentra actualmente en ejecución enfrenta grandes desafíos, no solo en su implementación, sino también en su continuidad, considerando los vaivenes políticos del país. Y es allí donde el enraizamiento en instituciones relevantes de la sociedad, como son las universidades, es fundamental para permitir su continuidad en el tiempo, más allá de gobiernos puntuales. “Es importante priorizar y establecer planes de trabajo realistas y que se reconozcan objetivos, así como condiciones sociales, económicas y políticas. En este sentido, es importante que como universitarios nos hagamos escuchar y apoyemos las políticas públicas para retomar lo ya realizado y mejorar en el camino (…) El traspaso y relevo de memoria es importante. Se escucha por ahí, no se ha hecho nada en Chile o ya se ha hecho todo y no hay para qué seguir. Yo creo que aún queda mucho por hacer. Me preocupa que no seamos todavía capaces de instaurar mecanismos en las escuelas, en las universidades y a nivel social, de contar, de hacer presente esta temática de lo que está pasando”, señaló.
Cohesión social en el aula
Quien también formó parte del encuentro desarrollado en Colombia fue la psicóloga UC y coordinadora de la Intervención Escolar ProCiviCo, Danae Videla. Como una de las invitadas de la “Mesa 6: Experiencias Pedagógicas”, la magíster en Psicología Educacional de la Universidad de Chile abordó la importancia de la prosocialidad, la empatía y la participación escolar en los procesos de reconciliación.
Videla, quien ha sido parte fundamental del proyecto de investigación/intervención que dirige la profesora Paula Luengo, el cual fomenta en los adolescentes habilidades para el ejercicio de una ciudadanía activa y promotora desde las escuelas, reflexionó sobre la importancia de reconocer las experiencias de los otros como base fundamental para el diálogo, además de la necesidad de fomentar la empatía interestamental (entre los distintos estamentos en la escuela) para una participación real. “La propuesta es que si aumentamos los comportamientos prosociales dentro del aula, incrementamos a largo plazo también la participación ciudadana escolar y, con eso, la cohesión social en el aula”, afirmó.
La iniciativa, que atiende los desafíos de relaciones al interior de las comunidades educativas, los que se vieron agudizados tras la pandemia, es hoy la encargada de implementar en la Región Metropolitana “A convivir se aprende”. Programa del Ministerio de Educación que se enfoca en fortalecer, en los equipos de gestión y de convivencia escolar, las competencias y habilidades para enfrentar situaciones de violencia escolar. «La idea es prevenir dicha violencia y favorecer la convivencia escolar, a partir de un modelo de acompañamiento con enfoque territorial, generando y fortaleciendo una red de colaboración, promoción y acompañamiento entre establecimientos educacionales, para compartir diagnósticos, estrategias y diseños de intervención en materias de violencia escolar, convivencia escolar, desarrollo de habilidades socioemocionales y prosociales», señaló la psicóloga, que también es coordinadora comunal del programa “A Convivir se Aprende”.
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Texto: Andrea Fuentes Uribe
Fecha: 14-05-2024