ProCiviCo, proyecto de investigación/intervención liderado por la profesora Paula Luengo, fue seleccionado para apoyar al Ministerio de Educación frente a los problemas de convivencia que presentan las comunidades escolares. La iniciativa, que se encuentra alojada en nuestra Escuela, y que tiene al profesor Christian Berger como uno de sus investigadores asociados, estará encargada de implementar en toda la Región Metropolitana “A convivir se aprende”. El programa del Ministerio de Educación que busca prevenir la violencia al interior de los establecimientos educacionales y promover la buena convivencia, desarrollando competencias y habilidades que permitan la resolución pacífica de conflictos entre estudiantes de cien comunas priorizadas del país.
Varios han sido los establecimientos educacionales que han visto cómo los desafíos de convivencia escolar se han agudizado tras el regreso presencial a clases. Una situación a la cual el Ministerio de Educación (Mineduc) ha buscado hacer frente implementando “A convivir se aprende”. Iniciativa que busca prevenir la violencia escolar desarrollando competencias y habilidades que permitan la resolución pacífica de conflictos entre las y los estudiantes.
El año 2022 el programa focalizó su trabajo en 60 comunas del país, interviniendo en más de mil establecimientos. Una cifra que en su segunda versión se buscará ampliar a cerca de tres mil 200 escuelas, de cien comunas prioritarias, con la ayuda de universidades con vasta experiencia e investigación en el área, como es el caso de la Escuela de Psicología UC y ProCiviCo.
El proyecto de investigación/intervención, liderado por la profesora Paula Luengo, que el 2022 fue convocado para trabajar en La Granja y Linares, y que actualmente trabaja con las comunas de Renca y Providencia, en esta oportunidad será el responsable de ejecutar la iniciativa en más de 30 comunas de la Región Metropolitana. Un trabajo que buscará abordar de manera intersectorial el fortalecimiento de la convivencia, trabajando desde la escuela, habilidades para el ejercicio de una ciudadanía activa y promotora de cohesión social.
Para la académica e investigadora responsable del proyecto, se trata de un logro que permite poner a disposición todo el bagaje acumulado como equipo de ProCiviCo desde el 2015, poniendo en evidencia un modelo de participación ciudadana a partir del desarrollo de comportamientos prosociales. “Permite un mayor encuentro entre la investigación y la intervención. Siempre quisimos hacer investigación con incidencia social y que nuestro trabajo puediese mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente de niños, niñas y adolescentes. Hoy, al ganar esta convocatoria, tenemos una oportunidad unica para hacerlo. Tenemos la posibilidad de participar en el desarrollo de una iniciativa pública tremendamente relevante para nuestra sociedad, focalizándonos en el mejoramiento de la convivencia social desde las aulas de clases”.
Una opinión en la que coincide el investigador asociado de ProCiviCo y encargado de la implementación a nivel regional del programa, Christian Berger. “El que efectivamente podamos hacer una alianza entre la academia y un programa ministerial es algo muy significativo. Uno desde la academia puede entregar ciertos análisis, pero la posibilidad real de participar en la implementación de una iniciativa a gran escala, que es lo que haremos ahora, no es algo muy común. Ahora tenemos la posibilidad de llegar a una gran cantidad de comunidades escolares, de estudiantes, a través de una implementación directa. Entonces para ProCivico, pero también para la Universidad y para la Escuela, es una oportunidad de efectivamente llevar a terreno y a la práctica lo que la investigación nos ha mostrado que es relevante en temas de convivencia escolar”.
Múltiples desafíos
Desarrollar una convivencia escolar participativa y más democrática en las escuelas, es el gran desafío del equipo que también conforman Danae Videla, Camila Espina, Diego Videla y Laurent Loubiis, coordinadores comunales del proyecto desde la UC. Un trabajo que se extenderá por tres años y que primero se iniciará con nueve comunas prioritarias, algunas de las cuales ya habían formado parte de “Seamos comunidad”.
Se trata de una iniciativa contempla el desarrollo de cuatro ejes: socioemocional, participación ciudadana, salud mental y equidad de género. Todos aspectos centrales en el enfoque planteado por ProCivico. “Siempre hemos considerado la participación ciudadana no como algo neutral. En un país atravesado por profundas desigualdades sociales, la formación ciudadana debiese estar dirigida a la promoción de mayor cohesión social. Para una sociedad que necesita hacerse cargo de las dinámicas de dominio, de brechas sociales, de inequidades, de polarización, es necesario proponer un desarrollo de convivencia de la mano con un enfoque de justicia social”, señala Paula Luengo.
Una tarea sin duda difícil, pero necesaria a la hora de generar cambios que se sustenten en el tiempo. Y, entendiendo las complejidades de llevar la investigación a la praxis, en contextos tan complejos como el que viven actualmente las comunidades escolares, el equipo invitó a colaborar a profesionales de la Universidad Chile, la Universidad de Santiago y la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez. “Creemos que es importante enriquecerse y dialogar también con el conocimiento que han generado otros equipos de investigación en esta área. Son experiencias e intervenciones muy significativas para implementar un programa de esta envergadura. Es un tremendo desafío en el que es necesaria esa colaboración transuniversitaria y transdisciplinaria”, afirma la investigadora.
Asimismo, otra de las tareas que tiene por delante el equipo es la articulación de los distintos actores que
trabajan en educación. “Tenemos que ser capaces de generar un lenguaje común, un discurso común, que podamos compartir entre todas las instituciones escolares que participan en todas las comunas. Que puedan interiorizar la idea de que la convivencia debe ser prosocial, y que debe velar por el bienestar de todos. No estamos trabajando en prevenir la violencia, estamos trabajando en formar una convivencia prosocial, positiva, nutritiva, facilitadora de buenos vínculos. Entonces, el generar un lenguaje común, una mirada común, es probablemente el mayor desafío”, explica Christian Berger.
Finalmente, Paula Luengo advierte que no es fácil que los programas lleguen realmente a implementarse con calidad hasta sus últimas consecuencias, porque en ocasiones falta mayor retroalimentación y trabajar en conjunto con las comunidades, con pertinencia territorial. Por ello, para el equipo también es fundamental el que se produzca un conocimiento situado, que considere a los territorios y sus realidades. “Hay iniciativas que pueden estar muy bien planteadas desde lo teórico y desde lo procedimental, pero en la dimensión más estratégica y más aplicada se les hace difícil llegar hasta los últimos capilares de, en este caso, el sistema educativo. Es importante que se produzca ese ida y vuelta. Que la investigación vuelva a retroalimentar las prácticas docentes, las prácticas educativas que ocurren desde las aulas, hasta los distintos espacios que habitan las y los estudiantes de nuestras escuelas. Ese ida y vuelta, entre investigación-intervención y luego desde la intervención a la investigación, es otro desafío. Retroalimentar ese círculo con mucha reciprocidad, incorporando los actores claves en el desarrollo de este proceso, no solo como destinatarios, sino como co-pensadores y co-investigadores”, afirmó.
Mientras ya se han sostenido las primeras reuniones con alcaldes, DEPROVs y SEREMIAS de la RM para comenzar la implementación del programa, se prevé el hito de inicio para el 7 de septiembre a las 15.00 horas en el Museo de la Educación Gabriela Mistral con la presencia de los directivos de todas las comunas involucradas.
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Texto: Andrea Fuentes, Comunicaciones Psicología UC.
Fecha: 22-08-2023