Tras meses de clases online, finalmente las y los estudiantes que este año iniciaron la educación superior, tuvieron su primera actividad presencial en su Escuela. Novatas y novatos de psicología que, en medio de la crisis socio-sanitaria que atraviesa el país y el mundo, han enfrentado el comienzo de esta etapa tan importante en sus vidas, sin la posibilidad de compartir presencialmente con quienes son parte de la comunidad universitaria. La iniciativa, que se desarrolló en el marco del ramo de Taller de Integración I, siguiendo los estrictos protocolos de seguridad en período de pandemia, fue un significativo y necesario espacio de encuentro para esta generación y para quienes conforman la EPUC.
En un año complejo para el país y el mundo, miles de estudiantes han enfrentado el inicio de la educación superior sin la posibilidad de compartir presencialmente con quienes forman parte de la comunidad universitaria. Una generación que ha debido comenzar este período tan importante en sus vidas, lejos de los tradicionales ritos y el contacto presencial con sus compañeros, compañeras, profesores, profesoras, funcionarios y administrativos.
Por ello se vivió con tanta alegría y ansiedad el que finalmente, tras meses de confinamiento y de clases online, 116 novatas y novatos de psicología fueran por primera vez al Campus San Joaquín y a la EPUC. La visita, que se desarrolló como una de las actividades presenciales del ramo de Taller de Integración I, se inició en la entrada principal del Campus, desde donde las y los estudiantes, de las siete secciones del curso, fueron recibidos por los académicos y académicas responsables de la cátedra: Dariela Sharim, Joaquín Carrasco, Claudia Araya, Verónica Monreal, Mariela Carmona, Andrea Rihm y Caroline Sinclair; y sus equipos de ayudantes.
“Teníamos muchas expectativas, pero a la vez preocupación, porque desde que se les planteó la idea (a l@s estudiantes), inmediatamente varios manifestaron sus ganas de participar. Entonces, había que tener mucho cuidado de lograr esto, manteniendo todas las medidas sanitarias necesarias. Ya una vez que nos reunimos y empezaron a llegar los estudiantes, hubo también una gran emoción por tener la oportunidad de juntarnos, conocernos y compartir este espacio tan esperado”, explicó Verónica Monreal, una de las académicas presentes en la jornada, quien participó activamente de la organización de la misma.
La actividad, sugerida por la Subdirección de Pregrado, dentro de los lineamientos planteados por Rectoría, en el sentido de favorecer la presencialidad solo en aquellos casos en que se requiere de espacios prácticos, buscó identificar elementos propios de la generación, de la Universidad, además de una reflexión acerca de la proyección de ellos como futuros psicólogos y psicólogas. Una visita que también consideró un pequeño tour por los lugares más significativos y emblemáticos del Campus San Joaquín, además de dinámicas al aire libre, y visitas a las salas de clases en grupos pequeños y entrada diferida.
Una invitación a reconocernos
Varios momentos significativos quedaron para el recuerdo durante el desarrollo de esta visita. El ingreso a las salas de clases, lugar que por meses fue reemplazado por un espacio virtual; la entrega de las TUC, credencial que los identifica como estudiantes de la Universidad Católica; y la posibilidad de reconocer rostros que durante tanto tiempo habían estado detrás de una pantalla, fueron parte de lo que se vivió en la jornada que contó con la participación de gran parte de la generación. Entre ellos, muchos y muchas estudiantes de región.
“Ese día nadie se estaba quedando pegado, a nadie se le estaba yendo el Internet, y podíamos tener una conversación fluida entre todos… Eso fue muy emocionante, y da pena saber que esa podría haber sido nuestra realidad, si es que este hubiera sido un año normal. Es distinto presentarse por Zoom a ver a la persona completa. Estar allí y no solo ver sus caras”, dijo Ameerah Hizaut Salazar. Opinión similar a la de su compañera, Dominga Ugalde Cruz, quien calificó esta instancia como esperanzadora. “Poder empezar el espacio universitario, que tanto esperamos con mis compañeres, es esperanzador y dan ganas de seguir sobreviviendo, por decir de alguna manera, a todo lo que ha significado este año. Fue muy lindo descubrirse y ver que había mucha gente que existía detrás de las cámaras. Conocer a esos amigos que conociste a través de Zoom fue muy lindo”, afirmó.
Lecciones en un año complejo
Aunque ha sido un año difícil y el inicio en la educación superior estuvo lejos de ser como se esperaba, hay aspectos que sí se pueden destacar. Y uno de ellos es la solidaridad y compañerismo que ha logrado cultivar esta generación, pese a todas las dificultades. «Creo que hemos logrado hacer amigos. Hay grupos de amigos, y eso me parece un fenómeno igual extraño en estas circunstancias, pero súper positivo dentro de todo”, señaló Valentina Dañin Mosso.
Esa perseverancia, y el apoyo mutuo entre compañeros y compañeras, es otro de los puntos a destacar. “Yo creo que eso es algo que nos caracteriza mucho. Si bien nos ha afectado el agobio de estar encerrados en nuestras casas, el no poder vernos, ni conocernos, no hemos permitido que nos deprima. Hemos sabido trabajarlo y hemos tenido siempre el impulso de salir adelante entre todes”, dijo Dominga; quien también destacó el esfuerzo de académicos y académicas por adaptarse a las circunstancias e intentar hacer clases más entretenidas. “Se nota muchísimo la vocación que tienen. En este contexto, la mayoría está súper dispuesta a responder mails y atender nuestras consultas. Se nota el esfuerzo de tratar de mostrarse lo más cercanos posible, pese a la distancia física. Uno valora eso. Valora la empatía, el que se hayan adaptado, y que estén siempre buscando alternativas para seguir trabajando, pese a lo difícil que puede ser”, explicó.
Un desafío importante para académicos y académicas que, pese al temor inicial de manejar tecnologías que hasta ese momento no eran parte del quehacer cotidiano, hoy sí son vistas como herramientas útiles no solo en el contexto de clases online. “Creo que todo esto nos ha dado la oportunidad, a mí por lo menos, de ser bien creativa y generar otro tipo de manejo docente al recurrir a estos recursos tecnológicos. Creo que se abrió un campo de conocimientos y herramientas para la docencia que hasta ahora no teníamos tan incorporado”, afirmó la profesora Verónica Monreal.
Texto: Andrea Fuentes Uribe, Periodista Subdirección de Extensión y Comunicaciones EPUC.